Buenas ovejas...

Queridos amigos:
 
Esta fue mi predicación de hoy, 29 de abril de 2007, Domingo IV de Pascua (y del Buen Pastor) del Ciclo Litúrgico C, en la Abadía Santa Escolástica y en el Hogar Marín:

Apoyo firme1. SÓLO NOS DEJAMOS CONDUCIR POR ALGUIEN QUE NOS INSPIRE CONFIANZA... Nadie tiene tanta fortaleza propia como para conducirse siempre solo en todos los ámbitos y en todos los momentos de la vida. Cuando nacemos, somos las criaturas más indefensas del universo, y no podríamos subsistir si no no nos ayudaran. Desde el comienzo somos asistidos por nuestros padres. Nos dejamos conducir por y nos confiamos en ellos porque desde el primer momento han sido nuestro mejor punto de apoyo: nos brindaron los primeros cuidados, los primeros calores, los primeros alimentos y las primeras sonrisas...

Enseñar y aprenderCuando vamos creciendo nos vamos dando cuenta que con los padres no alcanza. Ellos no lo saben todo, y si queremos aprender todo lo que nos hace falta para desempeñarnos en la vida, necesitamos de los maestros y los profesores. Y entre todos ellos, aprendemos de aquellos que nos han sabido conducir con su propia sabiduría en la dura tarea del aprendizaje, y por eso depositamos en ellos nuestra confianza y guardamos para siempre su recuerdo...

IsidroCuando ya hemos crecido (y a veces muy rápidamente), vamos perdiendo la firmeza de la salud. Las enfermedades y los achaques nos van enseñando a confiar en los médicos y todos los auxiliares de la medicina, al menos cuando éstos tienen no sólo una buena ciencia, sino además esa cuota de humanidad y de amor que nos llevan a sentirnos seguros en sus manos. Aquí, en el Hogar Marín, las Hermanitas, los empleados y los voluntarios que colaboran con ellas, son los que brindan el apoyo que las debilidad de las enfermedades y los achaques de los años nos reclaman, y nos permiten descansar en ellos, con la mayor confianza...

También en nuestra vida social necesitamos encontrar a quién confiar nuestra conducción, y cuando nos hemos organizado a través del sistema democrático lo expresamos periódicamente a través del voto, como sucederá este año en Argentina. Por eso los Obispos de la Conferencia Episcopal Argentina, reunidos toda la semana en la 93° Asamblea Plenaria, nos han entregado ayer una Exhortación pastoral sobre el compromiso ciudadano y las próximas elecciones, que nos ayuda a ejercer nuestra condición de ciudadanos, eligiendo de manera responsable en quién querremos depositar nuestra confianza por los próximos años...

Pero todo esto no alcanza, si aspiramos a alcanzar el destino de eternidad al que Dios nos ha llamado. Necesitamos alguien más en quien podamos confiarnos, para alcanzar tanta altura y profundidad, que va más allá de lo que humanamente podemos alcanzar...

Buen Pastor2. JESÚS ES EL BUEN PASTOR, QUE CUIDA DE NOSOTROS Y QUIERE LLEVARNOS A LA VIDA ETERNA... Jesús es el Buen Pastor que puede llevarnos a ese gran destino que nos ha preparado, porque Él es Dios. Él y el Padre son una misma cosa, nos dice hoy Jesús, y atrae así toda nuestra confianza, para que nos pongamos totalmente en sus manos. Sólo Dios se ocupa y se preocupa por el verdadero bien de todos los hombres. Sólo Él cumple todas sus promesas, que son muchas y muy buenas. Sólo Él atiende al bien de todos, y por lo tanto sólo en Él podemos poner toda nuestra confianza, para que nos conduzca a donde Él quiera...

Jesús, como Buen Pastor, nos hace conocer su voz. Sabemos lo que dice, son claras sus Palabras y firmes las huellas por las que nos lleva. Además, como Buen Pastor, nos da el alimento que nos hace falta para llegar a la Vida eterna. Es más, literalmente Él mismo se hace nuestro alimento en la Eucaristía, y se multiplica tanto cuanto haga falta para estar siempre en la Mesa en la que mejor se alimenta nuestra fe, en la Misa...

Benedicto XVIJesús, el Buen Pastor, realiza hoy su tarea pastoral a través de los que Él ha llamado a este servicio. Benedicto XVI, sostenido por el Amor de Dios y por su fe, preside hoy este servicio, y con él lo realizan todos los Obispos del mundo, con la colaboración de los sacerdotes y la ayuda de los diáconos. La tarea pastoral de todos nosotros (me incluyo, como sacerdote), es nada más y nada menos la que Jesús nos ha confiado, poniéndola en nuestras manos. Por eso, los fieles tienen derecho a ser exigentes con sus pastores (¡con nosotros!), tienen derecho a esperar de sus pastores (¡nosotros!) lo que Jesús les quiere dar a través de ellos...

Los fieles tienen derecho a que los pastores los conozcan, como Jesús conoce a sus ovejas. Tienen derecho a que los pastores vayan delante de ellos, señalándoles el camino con la palabra y el ejemplo. Tienen derecho a esperar que los pastores busquen a los que se extravían, para llevarlos nuevamente al rebaño de Jesús. Tienen derecho a que los pastores defiendan y protejan a los más débiles, para que no sean atropellados. Tienen derecho a que los pastores trabajen para mantener unido a todo el rebaño. Tienen derecho a esperar de los pastores que se desvivan para que a nadie le falte la Palabra de Jesús y sus Sacramentos, porque para eso han sido llamados. Convendrá, entonces, que sean exigentes con nosotros, y al mismo tiempo que recen para que el Señor nos dé cada día más y mejores pastores para su rebaño (a esto se dedica la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones que se celebra hace ya 44 años en el Domingo del Buen Pastor, por iniciativa de Pablo VI). En esta misión de los pastores y en este derecho de los fieles debe inscribirse la Exhortación pastoral sobre el compromiso ciudadano y las próximas elecciones que ayer nos dio la Conferencia Episcopal Argentina. Los Obispos exhortan allí a la transparencia del acto eleccionario, prácticas demagógicas y presiones indebidas, como el clientelismo y la dádiva, porque es su deber como pastores guiarnos a los fieles por el camino del bien y proponerlo a todos los ciudadanos...

Ovejas3. NO BASTAN LOS BUENOS PASTORES, ADEMÁS HACE FALTA QUE SEAMOS BUENAS OVEJAS... De todos modos, si prestamos atención al texto evangélico que hemos proclamado hoy, que es el Domingo del Buen Pastor, enseguida nos vamos a dar cuenta que, en realidad, en él Jesús nos habla de las ovejas...

Es que el Buen Pastor no nos quiere llevar "a la rastra" hasta su Casa, simplemente nos invita y espera que lo sigamos. Por eso, aunque tengamos derecho a ello, no basta con exigirles a los pastores que sean buenos. Todos, incluidos los pastores, tenemos que ser buenas ovejas, y para eso tenemos que esforzarnos. A todos nos hace falta escuchar la Voz de Jesús, que no deja de hablarnos. Todos tenemos que seguirlo a Jesús por los caminos por los que nos lleva, aunque a veces nos parezcan duros. De allí que cuando los pastores predicamos las palabras de Jesús, éstas no son sólo para quienes las escuchan, sino en primer lugar para quienes las pronuncian (la transparencia, por ejemplo, que los Obispos de Argentina han reclamado en su Exhortación pastoral de ayer para las próximas elecciones, compromete en primer lugar a los mismos pastores, a realizar con transparencia su misión pastoral). Todos tenemos que estar atentos y despiertos, para que nadie nos arranque de las manos de Jesús, el único Buen Pastor que puede salvarnos. Todos tenemos que alimentarnos siempre con los alimentos que Jesús nos da (su Palabra y sus Sacramentos), porque de esa manera nuestra fe estará firme y nuestro paso será seguro, para seguirlo a Jesús hasta el Cielo, adonde Él nos ha invitado...


Lecturas bíblicas de la Misa del Domingo IV de Pascua del Ciclo C:

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Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge:
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