Vivir en familia... 

Queridos amigos:

Esta fue mi predicación de hoy, Domingo 28 de diciembre de 2003, Fiesta de la Sagrada Familia, en la Misa que celebré en el Hogar Marín (de Ancianos), de las Hermanitas de los Pobres. Me basé en estas frases de las lecturas bíblicas del día:


 
En familia1. EN FAMILIA, TODOS SOMOS TAL COMO SOMOS DE VERDAD... Cuando estamos en familia, descansamos de las poses, siempre un poco prefabricadas, con las que acostumbramos a presentarnos con una imagen que consideramos presentable ante los demás...
 
Cuando llegamos a casa, nos aflojamos la corbata, también aflojamos uno o dos agujeros en el cinto del pantalón, tiramos los zapatos y nos ponemos en patas o con chancletas, y hacemos otro montón de cosas para quedarnos más cómodos. Pero no sólo cambiamos esas cosas más externas. Puede ser también que dejemos de lado esa sonrisa más o menos armada con la que nos movemos en los "lugares oficiales", y pongamos una cara más "casera", de mal humor. Puede ser también que al llegar a casa dejemos de lado la actitud de entusiasmo y emprendimiento que tenemos a fuera, y demos rienda suelta a nuestro cansancio. Incluso puede pasarnos que al llegar a casa abandonemos los buenos modales del "mundo civilizado" y comencemos a expresarnos a gritos, tanto cuando necesitamos algo, o cuando no nos gusta lo que los otros hacen o dicen...
 
A veces los chicos en este tiempo se van de vacaciones con las familias de sus amigos, y terminan sorprendiendo a sus padres. Cuando vuelven, los padres de los amigos felicitan a los padres del que estuvo en sus casas, porque han sido muy educados, ayudaban en la vida cotidiana cuando hacía falta cualquier cosa, mantenían ordenado el cuarto donde dormían, todas cosas que, por supuesto, los chicos de la propia casa no hacían. Los padres se sorprenden, pensando: "¿Cómo puede ser? En nuestra casa nuestro hijo no es así, está siempre de mal humor cuando se le pide algo, nunca tiene ordenado su cuarto, ¿qué le habrá pasado?"...
 
Es que cuando estamos "en casa", o cuando vivimos "en familia", como se hace aquí en el Hogar Marín, "somos como somos en verdad" porque estamos en confianza, y no necesitamos aparentar. Por eso, es muy bueno, para conocer más y mejor a Jesús, a quien hemos recibido en el Pesebre en esta Navidad, que podamos mirarlo conviviendo "en familia", como lo hacemos hoy celebrando la Fiesta de la Sagrada Familia, porque de esa manera tiene mucho que enseñarnos, mirándolo en la convivencia diaria, "tal como es en verdad"...
 
Sagrada Familia2. DIOS NOS HA HECHO PARA VIVIR EN FAMILIA, COMO JESÚS... Dios, hecho Hombre, nació y vivió durante largos treinta años de sus treinta y tres, en su familia de Nazaret, con José y María. allí se nos mostró con toda naturalidad, y mirando esa familia podemos verlo tal como es. Pero además, en esa familia, que es para todos nosotros un verdadero modelo, vemos reflejado como un espejo cómo nos ha hecho a todos nosotros, para vivir en familia...
 
Jesús vivía sujeto a José y María, los padres de familia, nos dice hoy San Lucas en el Evangelio. Él, que es Dios, y que es la máxima Autoridad (ya que es el Autor de todo...), nos muestra que es obedeciendo como se aprende a mandar...
 
¿No es justamente eso, el verdadero sentido de la obediencia y la autoridad, lo que no está haciendo mucha falta a nosotros, en esta Argentina a la vez anárquica y mafiosa, en la que la obediencia y la autoridad se compra y se vende como una mercancía? ¿Dónde podremos aprenderlo mejor que con nuestra mirada puesta en la Sagrada Familia?
 
Pero San Lucas nos muestra también que Jesús hacía caso primero a Dios, antes que a cualquier otro, incluso José y María, y de esa manera se ocupaba de su misión, la que tenía en el mundo, antes que de cualquier otra cosa. Ahora bien, ¿no es justamente esto lo que nos hace falta en este siglo XXI en el que, superando el decir del tango, el mundo es cambalache y medio, no sólo medio cambalache? ¿No es volver a la obediencia a Dios y a la fidelidad de cada uno a su propia misión en la gran familia del mundo lo que puede volver las cosas a un orden que se ha perdido hace mucho y cada vez se acerca más al desorden total? ¿Dónde mejor que mirando a la Sagrada Familia vamos a aprender que el mundo es de todos y para todos, como una gran familia, y que nadie tiene derecho a tratar de pensarlo y construirlo marginando de él a los que no le gustan, ya sea con el terrorismo armado o económico, con el manejo de la producción y del comercio, o con el abuso o mal uso de la autoridad?...
 
Sagrada familia3. LA SAGRADA FAMILIA ES NUESTRA MEJOR ESCUELA DE HUMANIDAD... Para nosotros en nuestra vida cotidiana, y para todos los que tienen la responsabilidad de construir nuestro mundo en sus grandes dimensiones de la hoy llamada "aldea global", mirar a la Sagrada Familia será siempre una escuela, y la mejor, de humanidad...
 
Seguramente muchos pensemos que necesitamos recuperar el respeto por la palabra dada, el sentido de la obediencia a las reglas de juego y el compromiso de cada uno con el bien de todos. ¿Y dónde podrá hacerse la experiencia de estos valores, mejor que en la familia...?
 
Seguramente también nos parece imprescindible recuperar la confianza en que el esfuerzo de cada uno será acompañado por el de todos los demás, construyendo el bien común, es decir, un bien que es de todos, antes que la ventaja particular. ¿Y dónde podrá hacerse esta experiencia de manera más confiable que en la familia...?
 
En definitiva, si miramos cotidianamente la Sagrada Familia podremos aprender todo esto, y al mismo tiempo estaremos preparando el Cielo, Fiesta de la Familia de Dios, por toda la Eternidad...


Un abrazo y mis oraciones.
 
P. Alejandro W. Bunge
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