Hace nuevas todas las cosas...

Queridos amigos:
 
Esta fue mi predicación de hoy, 9 de mayo de 2004, V Domingo de Pascua, en el Hogar Marín. Me basé en las siguientes frases de las lecturas bíblicas de la Misa del día:

 
Basura1. TODAS LAS COSAS, CON EL TIEMPO, O SE GASTAN O SE PONEN VIEJAS... Ya lo decíamos hace tres semanas, y lo referíamos a los zapatos y a la ropa. Algunos zapatos nos resultan especialmente cómodos, y nos gustan de manera especial. Pero, por más que queramos hacerlos durar, llega un momento en que ya no aguantan un solo paso más, y tenemos que darlos por jubilados. Lo mismo decíamos de alguna ropa, a la que le tomamos especial cariño, por ejemplo, alguna camisa. Se nos pone vieja y deshilachada, y a pesar de que quisiéramos seguir usándola, tenemos que dejarla de lado con pesar, porque no aguanta ni una puesta más. También se gastan los cubiertos, las ollas, las lapiceras. Así es como muchas cosas van a parar al tacho de basura (y dicen que más aún en las sociedades que tienen mejor pasar, en las que es mayor el consumo)...
 
Viejo contentoDe todos modos, no sucede sólo con las cosas inanimadas. Nuestro propio cuerpo también "se gasta" o "se pone viejo". Con el tiempo vamos perdiendo el pelo, y el que nos queda es cada vez más finito. También se nos comienza a arrugar la piel, que nos queda más extensa que lo que tiene para cubrir (de allí los "pliegues" y arrugas). Además, al revés de lo que quisiéramos, con el tiempo se nos van poniendo más duras las articulaciones, y más blandos los músculos y los huesos...
 
De todos modos, nada de eso alcanza para que nos sintamos "viejos". Porque hay algunas cosas que pueden no envejecer nunca. Y entre ellas, la que más importa es el amor, porque puede hacer que nuestros corazones permanezcan siempre jóvenes (en realidad, lo que puede hacer envejecer nuestro corazón, haciendo que se ponga duro e insensible, que se vaya poniendo agrio y se nos llene de grietas, son las tristezas y las amarguras que no logramos asimilar)...
 
Pero si el amor humano es capaz de mantener siempre jóvenes nuestros corazones (y lo podemos ver cada vez que tenemos la oportunidad de celebrar aniversarios especiales, como las bodas de plata o de oro de algún matrimonio), cuánto más podrá lograrlo el Amor que viene de Dios, y al que Jesús nos llama...
 
Resurrección2. EL AMOR AL QUE JESÚS NOS LLAMA HACE NUEVAS TODAS LAS COSAS... Jesús nos dice hoy, como a los Apóstoles en la Última Cena, que nos da un mandamiento nuevo. Sin embargo, conviene que comencemos tomando en cuenta que Jesús, primero, antes de pedirnos nada, nos da todo lo que nos pide. Él es el que nos ama primero. Y su amor por nosotros, que es un amor que salva, se dejó ver en la Cruz y floreció en la Resurrección, con la que vence el encierro en el que nos dejó el pecado y supera las ataduras de la muerte...
 
FuenteEse amor con el que Jesús nos ama es la fuente de la que surge el amor al que Jesús nos llama. Jesús nos ha enriquecido con su Amor, que es el de Dios, que hace nuevas todas las cosas, y que nos hace a nosotros capaces de vivir como Él vivió y amar como Él nos amó. Porque si hay algo asombroso en lo que Jesús nos dice hoy, no está en que nos llame a vivir en el amor, sino en la medida increíble con la que Jesús nos hace capaces de amar y con las que nos llama a vivir en el amor: como Él mismo nos ha amado a nosotros...
 
Buen PastorPor eso es que podemos decir que este amor al que Dios nos llama, aunque se llame "mandamiento" no se entiende del todo si sólo se la mira como una obligación. En realidad, sólo es comprensible como una fuerza interior que Él mismo pone en nosotros con su amor, ya que Jesús mismo nos da la capacidad de hacer lo que después nos manda. Por eso, el amor al que Jesús nos llama no es algo que "se cumple" haciendo una o más cosas, que se puedan listar en una planilla, y que vamos marcando como quien completa una lista de tareas. Es una actitud permanente ante nuestros hermanos, que necesitamos aprender de Jesús...
 
Si lo miramos a Jesús, entonces, y lo que hace con nosotros, para comprender la medida del amor al que nos llama, nos vamos a dar cuenta, en primer lugar, que se trata de una amor que se extiende a todos. Nadie queda afuera del amor de Jesús, y nadie debe quedar fuera de nuestro amor. El amor de Jesús es un amor que no se da por vencido e insiste ante todos, incluso con las "ovejas perdidas", y nos enseña de esa manera a no bajar los brazos ante las dificultades que, sin duda, se nos presentarán si queremos vivir en el amor. Es un amor constante, y nos ayuda a comprender que no alcanza con un amor "espasmódico". Es un amor que da la vida por aquellos a quienes ama, y nos recuerda que la única medida que puede tener el amor es que sea sin medida...
 
Corazón latiente3. NO HACE FALTA LLEVAR ESCUDOS PARA DISTINGUIRSE, SINO AMAR COMO JESÚS NOS AMÓ A NOSOTROS... Sin duda, es bueno que nos hagamos ver como cristianos, sobretodo si vivimos fieles al camino por el que Jesús nos llama. Pero no hace falta que llevemos escudos en la solapa, ni cruces a la vista, o rosarios colgados en el espejo del auto para hacernos ver...
 
Jesús confía, y con razón, que será el amor que nos tengamos unos a otros lo que permitirá que los demás nos identifiquen como sus discípulos. Es el modo más sencillo y más efectivo para hacernos ver, sin correr el peligro de querer convertirnos en estrellas. Es el único modo en el que nuestro corazón podrá dejar ver el amor con el que el mismo Jesús nos ama, y será de esta manera efectivamente transparente, ya que hará visible la fuente del único Amor que es capaz de hacer nuevas todas las cosas...


Un abrazo y mis oraciones.
 
P. Alejandro W. Bunge
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