Descubrir las mentiras...
Queridos amigos:
Esta fue mi predicación de hoy, 29 de febrero de 2004, Domingo I de
Cuaresma, en el Hogar Marín. Me basé en las siguientes frases de las lecturas
bíblicas de la Misa del día:
- «...El vio nuestra miseria, nuestro cansancio y nuestra opresión, y
nos hizo salir de Egipto con el poder de su mano y la fuerza de su brazo,
en medio de un gran terror, de signos y prodigios. El nos trajo a este lugar y
nos dio esta tierra que mana leche y miel. Por eso ofrezco ahora las primicias
de los frutos del suelo que tú, Señor, me diste» (Deuteronomio 26, 7-10).
- Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón
que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado. Con el corazón se
cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para obtener la
salvación. Así lo afirma la Escritura: "El que cree en él, no quedará
confundido" (Romanos 10, 9-11).
- Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y
fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el
demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo
de ellos tuvo hambre. El demonio le dijo entonces: «Si tú eres Hijo de Dios,
manda a esta piedra que se convierta en pan». Pero Jesús le respondió:
«Dice la Escritura: "El hombre no vive solamente de pan"». Luego el
demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los
reinos de la tierra y le dijo: «Te daré todo este poder y esplendor de estos
reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero. Si tú
te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá». Pero Jesús le respondió:
«Está escrito: "Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto"».
Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más
alta del Templo y le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí
abajo, porque está escrito: "El dará órdenes a sus ángeles para que ellos
te cuiden". Y también: "Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no
tropiece con ninguna piedra"». Pero Jesús le respondió: «Está escrito:
"No tentarás al Señor, tu Dios"». Una vez agotadas todas las formas de
tentación, el demonio se alejó de él, hasta el momento oportuno (Lucas 4,
1-13).
1. TAMBIÉN SON MENTIRAS ALGUNAS VERDADES QUE SE DICEN A
MEDIAS... Hay mentiras brutales, crudas, crasas, difíciles de tragar, porque son
demasiado evidentes. Cuando hoy oímos hablar del aborto como un derecho de la
mujer a disponer sobre su propio cuerpo, todos sabemos que se trata de una
mentira, porque es demasiado evidente que, en realidad, con el aborto la mujer
no dispone sobre su propio cuerpo, sino sobre la vida de su hijo, que depende
totalmente de ella, estando del todo indefenso...
Pero hay otras mentiras que están más escondidas, disfrazadas con la
verdad, o mejor dicho, con verdades a medias, que así resultan también mentiras,
no por lo que dicen sino por lo que ocultan. Todas las tentaciones, las de Jesús
y las nuestras, no son más que mentiras disfrazadas con los colores de la
verdad. De todos modos, por más que las tentaciones quieran disfrazar su mentira
con la verdad, hay que tener en cuenta que les pasa siempre lo mismo que a la
mona, que se viste de seda: mona queda...
Es necesario el pan, y la leche, y todas las cosas ricas que la Hermanita
María Sagrario y todo su equipo nos preparan cada día en el Hogar, para que
tengamos a mano todo lo que nos hace falta para reponer nuestras fuerzas con el
alimento. Pero el demonio tratará de hacernos colar su mentira detrás de esta
verdad, haciéndonos creer que lo único importante es el pan y todo lo que el
mismo significa. Y que por lo tanto, si tenemos ganas, podemos tratar de
sacarle la frutilla al que está compartiendo con nosotros una torta. Y que se
puede llegar a matar y hacer guerra si no tenemos todo el pan que queremos, o si
no nos conformamos con el pan y además queremos garantizar el futuro acaparando
toda la producción de semillas, o todo el petróleo o las demás fuentes de
energía, o las maquinarias, o toda la tecnología...
Hace falta el poder, que viene de Dios, para poder lograr algunas
cosas, como por ejemplo organizar una nación, un país, una comunidad. El
mismo Dios ejerce su poder en favor de todos, siendo el autor de la vida, y
quien nos ha regalado el mundo y ha hecho de él nuestra casa, mientras
peregrinamos a la suya, que Él mismo nos ha preparado en el Cielo. Pero el
demonio tratará de colarnos detrás de esta verdad su propia mentira, haciéndonos
creer que él mismo es capaz de darnos poder, ocultándonos que fue derrotado para
siempre por Jesús en la Cruz, con la sola condición de someternos a sus ídolos
(la fama, el sexo, el dinero), de rindiéndoles culto y veneración...
Dios puede hacer todos los milagros que quiera. No sólo está dentro de su
posibilidad, sino que se trata verdaderamente de una posibilidad que,
aunque rompe con las leyes de la naturaleza, es muy conforme a la grandeza
de su amor. Pero el demonio tratará de colarnos su mentira detrás de esta
verdad, haciéndonos creer que podemos pedirle a Dios que haga siempre lo que
nosotros queremos, y que de esa manera una vida feliz consiste en sentarse a
esperar que Dios se haga cargo en todo y para todo de nuestros gustos y
necesidades, de modo tal que si no nos va como pretendemos podemos quejarnos a
Dios por no querernos lo suficiente...
Iguales fueron las tentaciones de Jesús, a quien el demonio quiso sacarlo
del camino que Dios su Padre le había trazado, haciéndolo ambicionar el pan, y
poder y los milagros, para solucionar todas las dificultades que se le
presentaron en el desierto, símbolo de la vida en la tierra...
2. JESÚS NOS ENSEÑA A VENCER LAS TENTACIONES CON LA PALABRA
DE DIOS... Es posible vencer las tentaciones. Jesús, en el desierto, nos enseñó
a hacerlo. La Palabra de Dios, Jesús mismo que es la Palabra de Dios hecha
hombre, nos tiene siempre preparada la respuesta que desenmascara la mentira que
se encierra en toda tentación, permitiéndonos superarla...
Ante las tentaciones que se esconden detrás de la necesidad del pan, es
decir, todas aquellas que se resumen en la ambición de tener, tener más, tener
todo, tener aunque sea quitándole a otros, tener a costa de los excluidos, que
no tienen ni siquiera lo más básico para atender sus necesidades más primarias,
Jesús nos recuerda con la Palabra de Dios que "No sólo de pan vive el hombre".
Por lo tanto, aunque nos haga falta el pan, y muchas otras cosas, tenemos que
desenmascarar esa mentira que nos hace vivir sólo para el pan, y muchas otras
cosas, en vez de utilizar el pan, y todas esas cosas, simplemente para vivir. Y
en este tiempo cuaresmal, que la Iglesia nos propone para preparar la
celebración de la Pascua, tenemos un instrumento fundamental para ejercitarnos
en esto: el ayuno. Llevando en estos días una vida más sobria, podremos
recordar que no vivimos para el pan ni para ninguna otra cosa, sino que todas
ellas nos ayudan a vivir para Dios y para nuestros hermanos...
Ante las tentaciones que se esconden detrás de la atracción del poder, es
decir, todas aquellas que se resumen en el deseo de ser como Dios, de poder
disponer de nuestra vida y de la vida de los demás según nuestro gusto y antojo
de cada momento, rindiéndonos a los ídolos que se nos presentan en el lugar de
Dios, Jesús nos recuerda con la Palabra de Dios: "Sólo a Dios rendirás culto".
Por lo tanto, ante tantos ídolos que hoy se nos presentan, prometiéndonos la
felicidad plena y la saciedad de todas nuestras necesidades, ante tantas
propuestas que pretenden ocupar el lugar de Dios, absorbiendo nuestra atención,
nuestro tiempo y nuestro corazón, hace falta descubrir su falsedad. Y en este
tiempo cuaresmal que nos prepara a la Pascua contamos con una herramienta
fundamental para centrar nuestra vida en Dios: la oración. Rezando más
intensamente en este tiempo, podremos recuperar para Dios el lugar central que
tiene en nuestra vida, sin que nada nos distraiga de Él...
Ante las tentaciones que se esconden detrás del deseo de milagros que
simplifiquen nuestra vida, haciéndonos superar todas las dificultades que en
ella se presentan, soñando con que Dios pueda hacerse cargo de todo lo que no
podemos hacer y queremos ver solucionado, en nuestra vida personal y en nuestra
organización social, Jesús nos recuerda con la Palabra de Dios: "No tentarás al
Señor tu Dios". Esto nos ayudará a descubrir que, en realidad, aunque es
necesario estar siempre abiertos a la omnipotencia de Dios, que puede hacer
todo lo que quiere y cuando quiere, también es necesario tener en cuenta
que Él cuenta con nosotros para realizar sus milagros cotidianos. Y en
este tiempo cuaresmal que nos prepara a la Pascua contamos con un instrumento
fenomenal para participar con nuestras manos en los milagros de Dios: la
limosna. Ella nos permite realizar cada día el pequeño, y al mismo
tiempo insuperable milagro del amor. Compartiendo nuestros bienes con los
que tienen necesidad de ellos, seguirá realizándose ese milagro del amor
fraterno, que desde los primeros tiempos ha caracterizado a los
cristianos...
3. CON JESÚS PODEMOS DESCUBRIR LAS MENTIRAS Y VENCER LAS
TENTACIONES... Las tentaciones existen, hoy como ayer, y estarán también mañana.
A Dios Padre le pedimos en nuestra oración que nos libre del mal, pero no que
nos libre de las tentaciones. Con ellas, lo que hay que hacer es superarlas, ya
que no pueden con nosotros más que lo que nosotros queramos que puedan sobre
nosotros. Y para superarlas, lo que hace falta es descubrir la mentira que
encierran...
Este tiempo cuaresmal es un tiempo fuerte, para preparar la Pascua. Es un
tiempo de ejercicio y de entrenamiento, un tiempo de conversión, que
sirve para retomar el camino perdido y volver a vivir con integridad
nuestra vocación bautismal. Un tiempo, entonces, en el que con el ayuno, la
oración y la limosna, nos podemos zambullir más intensamente en la Palabra de
Dios, para aprender en ella a desenmascarar las mentiras que se encierran en las
tentaciones, y así vencerlas con Jesús, que nos ha mostrado como
hacerlo...
Un abrazo y mis oraciones.
Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge: