Esta fue mi predicación de hoy, 10 de febrero de
2013,
Domingo V del Tiempo Ordinario del
Ciclo Litúrgico C,
en el Hogar Marín:
I.- Vídeo, en
Youtube
y en
Facebook
II.- Versión escrita
III.- Lecturas bíblicas de la Misa
1.
HAY
QUIEN PIENSA QUE EL MENSAJE DE LA IGLESIA ES DE OTROS TIEMPOS... A
los
sacerdotes nos toca recibir muchas veces esta queja y los reclamos
de
quienes piensan que el mensaje de la Iglesia se ha puesto viejo,
es
anticuado, y tiene que cambiar, porque ya no tiene nada que
decirle al
mundo de hoy...
La
foto
que se ve a la
derecha (que ya utilicé alguna vez), es de mis abuelos
paternos, y está
tomada en Mar del Plata, a comienzos del siglo pasado. Es, por lo
tanto, del milenio anterior. Si tomáramos hoy una foto en la
Rambla nos
costaría encontrar gente tan bien vestida, es
más, seguramente si fuera
de día nos costaría encontrar gente
vestida. La foto sería
distinta, entonces, no sólo porque ahora se hacen
en color,
sino porque la gente se viste distinto, y menos. Así como con
el tiempo ha cambiado la ropa que se usa, las costumbres y la
cultura
en la que se vive, piensan algunos que también
tendría que cambiar la
Iglesia su mensaje, si no quiere quedarse aislada, cada vez con
menos
fieles...
En muchos
temas se
plantean estos reclamos de actualización. Algunos
dirán que ya no es
momento para que la Iglesia siga insistiendo en la indisolubilidad
del
matrimonio, ya que en este tiempo son muchos
los que se divorcian y el matrimonio perdurable
parece un
ideal de otro tiempo que hoy resulta inalcanzable...
Los
nuevos tiempos, piensan algunos, exige un modo de concebir el
matrimonio que se adapte más a los tiempos
que vivimos y esté más al
alcance de los jóvenes, que viven su
situación de hoy
sin plantearse demasiado lo que sucederá mañana:
hoy lo sienten así y
se van a a vivir juntos, mañana será otro
día, que no se les ocurre
planificar hoy. La Iglesia, entonces, tendría que tener en
cuenta el
ritmo de los jóvenes, y actualizarse para no quedarse sin
ellos...
En realidad, estos reclamos no son nuevos. Ya
Jesús, cuando predicó en
su tiempo, decía palabras que resultaban duras y
extrañas en la cultura
decadente que se vivía en el imperio romano. Había
muchos divorcios, así como aberraciones y
abusos en el uso de
la sexualidad, incluida la homosexualidad, al punto que ante la
cultura
de hoy podemos decir que no hay nada nuevo bajo el sol. Pero hoy,
como
ayer, no
será la acomodación de la Iglesia a la cultura
del momento sino la
fidelidad a sus raíces lo que la mantendrá viva y útil para el
mundo...
2. LA
IGLESIA LLEVA Y
DA AL MUNDO LO QUE DIOS HA PUESTO EN SUS MANOS... La Iglesia tiene
lo
que recibió de Dios, ni más ni menos: a
Jesús, que se ha puesto en
nuestras manos. Es Jesús mismo, la Palabra de Dios que se
hizo hombre
para traernos la salvación. La misión de la Iglesia será siempre
la
misma, llevar y
dar al mundo lo que Dios ha puesto en sus manos...
La palabra de la
Iglesia sobre el matrimonio no es de su propia invención. Es la
que
recibió de Jesús, y vale para
todos los tiempos. Lo mismo hay que decir de su palabra sobre el
significado de la sexualidad humana y su función al servicio
del amor.
Y lo mismo debe decirse de todo lo que constituye la
predicación de la
Iglesia para el bien del mundo entero...
La Palabra de Jesús, que la Iglesia debe hacer
llegar a todos los
rincones del mundo entero tiene una eficacia que va más
allá de lo que
se puede esperar de las realidades meramente humanas. Desde este
punto
de vista, la tarea de la Iglesia termina siendo siempre como una
"pesca
milagrosa", cuyos resultados superan ampliamente lo que ella puede
esperar de sus limitadas fuerzas...
La
Iglesia es invitada
cada día por Jesús a introducirse hasta los
rincones más apartados e
inhóspitos del mundo, llevando a todos lados el mensaje que
ha
recibido, un mensaje de salvación que los hombres de todos
los tiempos
necesitan, y que no pueden alcanzar por sí mismos...
Ante semejante realidad, ¿cómo se puede
esperar que la Iglesia cambie
su mensaje, para hacerse a la medida de las olas de cada
momento, o
para que su palabra suene "agradable" según las modas de
cada tiempo?
La suya es una Palabra recibida de Dios, cuyo contenido y mensaje
está
más allá de lo que se espera en cada momento. Es
una Palabra de
salvación, que debe acercar a todos los hombres de todos los
tiempos,
con sus redes abiertas, aunque parezca que nadie quiera entrar en
ellas. Por eso el beato Juan Pablo II, al comenzar el tercer
milenio de la
Iglesia, haciendo pie en este Evangelio, nos recordaba que
Jesús nos
sigue invitando para que la barca de la Iglesia,
siguiera metiéndose en todas las realidades del mundo, "mar
adentro", hasta su
más recónditas profundidades, anunciando y
llevando la salvación que de
Él mismo hemos recibido...
3.
NUESTRA MISIÓN ES
LLEVAR A TODO EL MUNDO LA VIDA DE JESÚS...
También hoy, como en tiempos
de Jesús, Dios nos encarga una misión que tiene
algo de epopeya
imposible, continuando la misión de los Apóstoles
hasta que sea
realizada en toda su dimensión. El mensaje que la Iglesia
tiene que
llevar a todo el mundo es el mismo que San Pablo recibió,
como los
demás Apóstoles, y
transmitió con su predicación: que Cristo
murió por nuestros pecados,
conforme a la Escritura; que fue sepultado y resucitó al
tercer día, de
acuerdo con la Escritura; que se apareció a Pedro y
después a los Doce,
lo mismo que a San Pablo, mostrándoles que había
resucitado, venciendo las barreras de la muerte y del
pecado para
darnos la Vida eterna. Hay que tener en cuenta que el mundo no
puede
encontrar en ningún otro lado esto que tiene la Iglesia para
darle. Por
eso a nadie le sirve que la Iglesia deje de darle lo que tiene en
su
barca, tirando las redes...
Podrán
cambiar las formas, el lenguaje, los instrumentos que se utilicen,
pero
el mensaje de la Iglesia será siempre el mismo,
el que
Jesús ha puesto en sus manos. Por eso Benedicto XVI, en su
Mensaje
para
la XLVII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales a
celebrarse el próximo 12 de mayo nos exhorta a utilizar incluso
las redes sociales como instrumentos para el anuncio del
Evangelio. Eso es lo que
yo vengo haciendo desde hace
ya unos años enviando mis
predicaciones
por
correo
electrónico, a quienes las soliciten y poniéndolas en mi
página
a disposición de todos los
que quieren encontrarlas, desde cualquier lugar del mundo y a
cualquier
hora (desde el 14 de marzo de 2010 están también en
Youtube,
y en
Facebook
desde un poco después).
Por eso
también el
Vaticano
tiene
su propia página en Internet, y allí se
puede leer lo que
el
Papa dice en cada ocasión, de forma completa y sin
interferencias
deformantes. El Papa
tiene
incluso un
Canal
en Youtube,
y el año pasado ha agregado sus
mensajes por Twiter,
de modo que esté siempre a mano de quien la busca y la quiera
encontrar la palabra y la imagen del Papa. Y también es
posible suscribirse al
Servicio
Informativo
Vaticano (V.I.S.) para recibir desde
allí un informe
directo de lo que hace y dice el Papa...
Nosotros, que hemos recibido de Jesús la Vida que
surge del sepulcro,
en el que la muerte es vencida por su Resurrección, tenemos
la misión
de llevar el anuncio de esta salvación, con fidelidad y
perseverancia,
fieles a su Palabra salvadora, confiados mucho más en su
eficacia que
en nuestras limitaciones, tanto o más evidentes que las de
los profetas
de todos los tiempos. La Iglesia hace que siga resonando esta
Palabra todo el tiempo, diciendo lo mismo cada ves de modo
nuevo...