Al servicio de los demás...

Queridos amigos:
 
Esta fue mi predicación de hoy, 19 de septiembre de 2010, Domingo XXV del Tiempo Ordinario del Ciclo Litúrgico C, en la Abadía Santa Escolástica y en el Hogar Marín (clic aquí para verla y oírla en Youtube):

Goloso1. SI QUEREMOS TENER TODO, LAS COSAS SE ACUMULAN SIN NECESIDAD... A todos nos gustan las cosas ricas, y con mucha facilidad podemos tentarnos cuando las tenemos a mano. Pero si además somos golosos, la tentación puede llegar a hacerse irresistible, y las consecuencias también. Porque si tomamos todas las golosinas y los helados que se nos ponen por delante, inevitablemente vamos subiendo de peso. La mejor fórmula para hacer un régimen de comidas que nos mantenga en el peso justo sigue siendo siempre la más clásica: no hay que incorporar más calorías que las que gastamos. Todo lo que incorporamos de más inevitablemente se acumula en forma de grasa, que se ubica en sus lugares preferidos, formando "rollos"...

AmargadoPero además, si queremos tener todo, las cosas también se nos acumulan en los estantes, en las cajas, en el altillo y en tantos otros lugares donde las vamos guardando, "por las dudas", y van haciéndonos cada vez más difícil el camino. No hay que perder de vista que la vida es un camino, ya que partimos de Dios y vamos en marcha hacia Dios, precisamente por el camino de la vida. Y cuando se nos acumulan las cosas (no sólo las que tenemos en la casa, sino todas las otras, que se acumulan tan rápidamente, a veces casi sin que nos demos cuenta), se nos hace más difícil caminar por la vida. El peso de las cosas puede ser tanto, que nos haga perder hasta el gusto de la vida. ¿No será por eso que a veces nos cruzamos con tantas personas que van por la vida con las caras largas, la sonrisa desdibujada y las cejas arqueadas?...

Carretilla volcadaPor otra parte, a medida que nos vamos dejando absorber por las cosas, también crecen las preocupaciones por mantener lo que vamos adquiriendo y acumulando. Y pueden crecer tanto, que lleguen a sepultarnos. Cuando esto sucede, cuando quedamos sepultados por las preocupaciones que nos llevan detrás de las cosas (para obtenerlas y para mantenerlas), en vez de prestarnos un servicio para desarrollar de la mejor manera nuestra vida, las cosas no nos dejan disfrutar de ella. Así, las cosas pierden claramente su lugar. Dejan de ser instrumentos, se convierten en el fin y en la meta de la vida. Por eso, para que no quedemos atrapados por las cosas, hoy Jesús quiera enseñarnos a ponerlas en su lugar y a utilizarlas de modo tal que nos ayuden a alcanzar la verdadera meta de la vida...

Comida2. TODO LO HEMOS RECIBIDO, PARA PONERLO CON AMOR AL SERVICIO DE LOS DEMÁS... Todas las cosas son instrumentos que hay que aprender a usar. Tienen su finalidad, y fuera de ella pierden su sentido y se corrompen. Para comprender bien esta enseñanza de Jesús, conviene asumir todo el contexto en el que Jesús nos la da...

En primer lugar, como nos dice hoy San Pablo, hay que tener en cuenta que hay un solo Dios. Todos tenemos en Él nuestro origen y así formamos una sola familia. Por eso Dios quiere que todos se salven, es decir, alcancen el sentido pleno de su vida, como parte de esta única familia de la que todos somos parte. En la familia, hay cosas que son un poco de todos: la casa, la mesa común, las tradiciones. Pero, por otra parte, hay cosas que son de cada uno, como por ejemplo la ropa. Esas cosas "de cada uno", sin embargo, en las familias bien formadas, se piden, se prestan y se usan en común. Traducido a nuestra condición en el mundo: todos los bienes tienen un destino universal, Dios los ha puesto en el mundo, que es la casa de todos, para que sirvan a todos, y a nadie le falte lo necesario para la vida, comenzando por los alimentos. Aunque, justamente para que sirvan a todos, también hay un derecho y tiene su sentido la propiedad privada, como instrumento para servirse de los bienes. La propiedad privada, entonces, no es absoluta. Adquiere su lugar cuando nos permite utilizar de los bienes, sin desmentir, sino ajustándose a su destino universal. Por eso es que Jesús habla del "dinero injusto", y nos exhorta a utilizarlo bien. Puede considerarse que todos los bienes se convierten en injustos cuando se acumulan sin dar frutos. Por eso es bueno tener en cuenta que somos administradores de bienes que hemos recibido, y teniendo en cuenta el destino universal de los bienes, utilizarlos bien consistirá en ponerlos, con amor, al servicio de los demás...

NewmanCuando hablamos de los bienes que Dios pone en nuestras manos tenemos que pensar no sólo en los materiales, sino en todos. También son bienes que hemos recibido para administrar, dando frutos de amor en el servicio a los demás, todos los dones y capacidades, que llamamos talentos con lenguaje del Evangelio. Benedicto VI en la Vigilia de oración por la beatificación del Cardenal Newman nos decía ayer que este hombre de Dios nos enseña con su vida que no podemos guardar para nosotros este don de la fe, sino que debemos dar testimonio de ella con valentía. Los mártires de hoy, nos decía el Papa, puede ser que no sean ahorcados, descoyuntados o descuartizados, pero tendremos que estar dispuestos a que seamos excluidos, ridiculizados o parodiados, como puede pasarnos si vivimos lo que creemos...

BeataEn este viaje a Inglaterra Benedicto XVI visitó ayer un Hogar de Ancianos de las Hermanitas de los Pobres fundado en el año 1863, todavía en vida de santa Juana Jugan, su fundadora. El Papa nos recordó en esa visita al Hogar San Pedro, en Londres, que el número creciente de ancianos de nuestra sociedad, gracias a los avances de la ciencia que nos permiten vivir más tiempo, son una bendición, ya que cada generación aprende de la experiencia y de la sabiduría de la que la precedió. Por eso, decía el Papa, la caridad con la que se asiste a los ancianos debería considerarse no tanto un acto de generosidad como un acto de gratitud. Si todos los bienes, entonces, son instrumentos del amor, y dan sus frutos si los ponemos al servicio de los demás. servir a los ancianos como enseñó santa Juana Jugan a las Hermanitas de los Pobres, no es más que un ejemplo claro sobre el modo de poner todo al servicio de los demás. Mujer de fe, atendía a los ancianos, que recibía en las casas que rápidamente se extendían por todos lados, con los bienes que, a través de los bienhechores, recibía de la providencia, y que no dejaba de pedir a través de su intercesor preferido, San José...

Cielo3. PARA LLEGAR AL CIELO, HAY QUE ADMINISTRAR LO QUE RECIBIMOS DANDO CON GENEROSIDAD... No son los bienes de la tierra los que Dios nos ha querido dar como propios, sino los del Cielo. Esa es nuestra herencia, que tenemos prometida...
 
Manos y corazónPor eso, los bienes que ahora están en nuestras manos los tenemos que asumir según su propia condición. No son nuestro fin y nuestra meta, son sólo nuestros instrumentos. Su finalidad es que nos ayuden a caminar por la tierra de modo que podamos alcanzar nuestra meta que está en el Cielo. Para eso tenemos que administrarlos de manera tal que den sus frutos para nosotros y para toda la familia de la que formamos parte (es decir, toda la familia humana)...

Será compartiendo con generosidad los dones que hemos recibido para administrar, que ellos podrán dar sus frutos, y así permitirnos alcanzar el verdadero bien. Si somos fieles administrando "lo poco" (y frente al Cielo, todos los bienes de la tierra son poca cosa), Dios podrá considerarnos fieles para lo que es inmensamente más grande y valioso, y podrá confiarnos la entrada para disfrutar la herencia eterna que nos tiene preparada, los bienes del Cielo...


Lecturas bíblicas del Domingo XXV del Tiempo Ordinario del Ciclo C:

Volver al inicio de la predicación...


Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge:
Todas las predicaciones: http://www.awbunge.com.ar/predicaciones/
Valid HTML 4.01!Para suscribirse: predicacionesawb-subscribe@gruposyahoo.com.ar
Para borrarse: predicacionesawb-unsubscribe@gruposyahoo.com.ar