Queridos amigos:
Esta fue mi predicación del 11 de mayo de 2003, Cuarto Domingo de Pascua,
llamado del "Buen Pastor", Jornada Mundial de oración por las vocaciones
sacerdotales y religiosas. Me apoyé en las siguientes frases de las lecturas
bíblicas de la Misa del día:
- En aquellos días Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: «...este
hombre está aquí sano delante de ustedes por el nombre de nuestro Señor
Jesucristo de Nazaret, al que ustedes crucificaron y Dios resucitó de
entre los muertos... Porque no existe bajo el cielo otro Nombre dado a
los hombres, por el cual podamos alcanzar la salvación» (Hechos 4, 8. 10
y 12).
- ¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios,
y nosotros lo somos realmente... Queridos míos, desde ahora somos hijos
de Dios, y lo que seremos no se ha manifestado todavía. Sabemos que
cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual
es (1 Juan 3, 1-2).
- Jesús dijo: Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las
ovejas... Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me
conocen a mí... Tengo, además, otras ovejas que no son de este corral y a
las que debo también conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá un solo
Rebaño y un solo Pastor (Juan 10, 11. 14 y 16).
1.
AUNQUE EN LA CIUDAD NO VEMOS OVEJAS, SABEMOS BIEN QUÉ HACE UN PASTOR... Estoy
seguro que mientras venían hacia aquí a la Misa no vieron ovejas por las calles.
Per aunque estas figuras ya no pertenecen a nuestra cultura cotidiana, todos
sabemos cuál es la tarea de un pastor. Yo creo que se debe a que, aunque cada
uno de nosotros somos dueños de nuestras vidas y somos el fruto de nuestras
decisiones, y nuestra mayor semejanza con Dios es nuestra libertad, que nos
permite decidir lo que queremos hacer de nosotros mismos, sin embargo también
tenemos una profunda necesidad de alguien que nos guíe, como un Pastor a sus
ovejas...
No, por cierto, en el campo político, en el que ya es tiempo de superar ese
modo primitivo de organizarnos, por el que en el pasado tuvimos la tendencia de
confiarnos en las manos de un caudillo de turno, confiando en que con su carisma
sería capaz, solo, de conducir toda la nación. Ya es tiempo de crecer en nuestro
sentido democrático, para lo cual hace falta ser críticos y exigentes con los
que se postulan para cargos directivos, pidiéndoles cuentas de su lealtad a sus
propuestas y a su palabra en tiempos electorales, tomando consciencia de que el
voto es un mandato que los ciudadanos dan la que eligen, y los elegidos son
mandatarios que están obligados, por un contrato de justicia, a cumplirlo, bajo
pena de ser demandados (no sólo retóricamente) por su incumplimiento...
Pero sí necesitamos Quien nos guíe, cuando se trata de alcanzar un
aspiración profunda que todos tenemos, y que sin embargo se encuentra más allá
de nuestras posibilidades humanas: a pesar de nuestra naturaleza mortal,
tenemos, sembrada por Dios en lo profundo de nuestro corazón, verdaderas y
legítimas ansias y aspiraciones de eternidad...
2.
JESÚS ES EL BUEN PASTOR, QUE DIO SU VIDA POR NOSOTROS Y NOS DA LA VIDA ETERNA...
Desde la Cruz y con su Resurrección, Jesús nos ha hecho verdaderamente hijos de
Dios, como nos recuerda San Juan en la primera de sus cartas.
Todavía no se ha manifestado todo lo que significa que seamos hijos de
Dios, pero cuando se manifieste, seremos semejantes a Él y lo veremos tal cual
es, nos dice San Juan. Jesús se hizo semejante a nosotros, asumiendo nuestra
condición mortal. Pero no lo hizo para que todo quedara así. Jesús resucitó, y
abrió para nosotros las puertas de la Vida eterna, en la que, con la
resurrección, seremos semejantes a Él, tal como Él ahora es, una vez
resucitado.
No existe bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres, por el cual
podamos alcanzar la salvación, que el Nombre de Jesús, nos recuerda San Pedro
con su predicación. Pero además, esta salvación no es un regalo privativo de
algunos, sino que Dios la ha querido ofrecer a todos. Por eso Jesús recuerda a
los Apóstoles, y a nosotros, que hay "otras ovejas", a las que Él también tiene
que conducir. Su Palabra salvadora que nos llama a participar de la Vida eterna
tiene que ser anunciada y ofrecida a todos los hombres de todos los tiempos. Y
para eso Jesús llama a muchos a participar en su condición de Pastor:
3.
JESÚS SIGUE LLAMANDO A LOS JÓVENES A PARTICIPAR EN LA TAREA DEL BUEN PASTOR...
Llama a muchos a participar de una tarea, que consiste, como la del Pastor, en
acercar a los hijos de Dios los alimentos que los fortalecen en su marcha hacia
la Vida eterna. Los sacerdotes, con su predicación y la celebración de los
Sacramentos. Y las Hermanitas de los Pobres (de las que soy Capellán),
atendiendo sus Hogares de Ancianos.
Alguno podría pensar que la principal tarea de las Hermanitas es
mantenernos alimentados a los ancianos y a todos los que vivimos en sus Casas. O
tenerlas, como las tienen, siempre limpias, impecables, llenas de alegría y con
un clima de Hogar que hace posible que sus días aquí sean para los ancianos
tiempos verdaderamente felices.
Sin embargo, la tarea más importante de las Hermanitas, a la que dedican
sus vidas con convicción y perseverancia, siguiendo las inspiraciones de su
fundadora, la Beata Juana Jugan, consiste en hacer de los últimos años de los
ancianos que viven en sus casas un camino firme y seguro hacia la Vida eterna.
Por eso participan verdaderamente, desde su vocación religiosa, en la misión del
Buen Pastor.
(A esta altura de la predicación tomé unas flores de los floreros que
adornaban el altar, y se las entregué a los jóvenes y a las jóvenes que
participaban en la Misa, invitados por las Hermanitas a una Jornada de Oración
por las Vocaciones, que se hace hoy en todo el mundo. Les dije que seguramente
Dios hoy llamaba a muchos jóvenes a participar de la tarea del Buen Pastor, como
sacerdotes o como Hermanitas. Y así como cuando se enamoraban, podían "deshojar
una margarita" tratando de poner en claro si eran correspondidos, también podían
hacerlo con estas flores, dispuestos a responderle con generosidad que sí a
Dios, si en uno de los pétalos de la flor descubrían que Dios los llamaba a esta
vocación grande de colaborar con su tarea de Buen Pastor...).