Trabajando para que haya luz...

Queridos amigos:
 
Esta fue mi predicación de hoy, 27 de abril de 2003, Segundo Domingo de Pascua. Me apoyé en las siguientes frases de las lecturas bíblicas de la Misa del día:

 
1. EN MEDIO DE LAS OSCURIDADES, TRABAJANDO PARA QUE HAYA LUZ... Creo que así estábamos en el cuarto oscuro todos los que concurrimos allí para poner nuestro voto, en este nuevo acto electoral.
 
Así lo reclamó el ejercicio de nuestra democracia, que es un modo de organizarse políticamente una nación, que ayuda a expresar un valor muy propio de nuestra condición humana: la capacidad de autodeterminarse a partir de la propia decisión, en este caso de todo el pueblo. Es cierto que se trata de un mecanismo imperfecto. Basta para ponerlo en evidencia el control que tienen que hacer los fiscales de un partido sobre todos los otros, para evitar, o al menos dificultar que los demás hagan trampa...
 
Seguramente los Apóstoles se encontraban en una situación similar, cuando en el Cenáculo, maduraban en el encierro y en la oscuridad su acto de fe, que finalmente pudieron hacer impulsados desde lo alto, para convertirse en testigos de la luz.
 
 Los Apóstoles tenían miedo, y vivían encerrados, por temor a los judíos. Sabían que Jesús había resucitado, y no se animaban del todo a creer. Hasta que las sucesivas apariciones los llevaron a la fe. A Tomás le costó más, pero fue valiente, afrontó la duda y llegó a la fe... Por eso, lo que a ellos les pasó y lo que ellos hicieron nos da luz sobre lo que nosotros podemos hacer:
 
2. HACE FALTA CREER: LA FE NOS ABRE LOS OJOS, PONE LUZ Y NOS AYUDA A VER... A nosotros, como a los Apóstoles, la fe nos da la certeza de que Jesús ha resucitado, y a partir de este hecho fundamental, nuestra vida se llena de luz y de certezas: 
A los Apóstoles y a los primeros creyentes la fe les cambió la vida: de estar encerrados por el miedo, pasaron a la alegría. Comenzaron a abrir las puertas y, como nos relatan los Hechos de los Apóstoles, vivían unidos y comenzaron a compartir todo entre ellos, a ponerlo todo en común, al servicio de todos.
 
3. VIVIR UNIDOS Y COMPARTIR, JUSTO LO QUE HACE FALTA, SON FRUTOS DE LA FE... Lo que en los Apóstoles hizo la fe, pone luz sobre lo que puede provocar en nosotros.
 
Como en aquel tiempo, también hoy, y especialmente en nuestra patria, necesitamos la decisión y la voluntad de vivir unidos, dispuestos a compartir entre todos las cargas y los frutos de los esfuerzos necesarios para crecer como nación. Por esta razón, en estas horas difíciles del mundo y de nuestra patria, y quizás fundantes de nuevos tiempos que se avecinan, nosotros, que contamos con todas las certezas que nos da la fe, cuando como Tomás nos animamos a superar las dudas, podemos aportar mucho, animándonos a tomar en serio y vivir a fondo nuestra fe.


Un abrazo y mis oraciones.
 
P. Alejandro W. Bunge
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