Mirando hacia lo alto, para arriba...
Queridos amigos:
Hoy, 6 de abril de 2003, Quinto Domingo de Cuaresma, he celebrado la
Misa junto con unos entrañables amigos mexicanos que viven en Puebla y que me
han recibido en su casa. Me basé en las siguientes frases de las lecturas
bíblicas de las lecturas de hoy:
- Esta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel, después
de aquellos días -oráculo del Señor-: pondré mi Ley dentro de ellos, y
la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo
(Jeremías 31, 32).
- El dirigió durante su vida terreno súplicas y plegarias, con
fuertes gritos y lágrimas, a aquel que podía salvarlo de la muerte, y fue
escuchado por su humilde sumisión. Y, aunque era Hijo de Dios, aprendió
por medio de sus propios sufrimientos qué significa obedecer. De este
modo, él alcanzó la perfección y llegó a ser causa de salvación eterna
para todos los que le obedecen (Hebreos 5, 7-9).
- Dijo Jesús: "Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no
muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su
vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la
conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme que me siga, y donde yo
esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado
por mi Padre" (Juan 12, 24-26).
1. CASI SIEMPRE TENDEMOS NATURALMENTE A IR CADA
VEZ UN POCO MÁS ARRIBA, Y ESO NOS GUSTA... Esta vez a mí me pasó casi sin darme
cuenta: El pasado 31 de marzo salí de Buenos Aires, que está al nivel del mar,
para participar en el
Congreso
Continental sobre "Iglesia e informática",
y la primera ciudad en la que me detuve fue en la sede del Congreso. Ahí ya
estaba a 500 metros sobre el nivel del mar... Pero ahora, terminado el Congreso,
he venido a pasar unos días con unos entrañables amigos mexicanos, que fueron
feligreses en la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, mientras yo era Párroco
en
ese lugar. Estoy en Puebla, que es a más de 2000 metros sobre el nivel del mar.
Y de aquí pasaré a Itzamatitlán, donde el fin de semana próximo tendremos un
encuentro con todos estos amigos mexicanos, venidos para la ocasión desde
distintas ciudades mexicanas, algunas muy lejanas, en casa de otros de ellos,
y
estaremos más o menos a la misma altura...
Sin embargo, más allá de esta mera referencia geográfica, todo en nuestra
vida nos lleva a tratar de estar cada vez más arriba... Queremos crecer en la
carrera profesional, nos interesa subir en la tabla de posiciones si
participamos en algún campeonato de algún deporte, o queremos que así le sucede
al club de nuestras preferencias... También queremos estar cada vez lo más alto
posible en el nivel de afecto y consideraciones que los demás tienen con
nosotros... En fin, en todo lo que hacemos y en lo que participamos, queremos
estar siempre cada vez más arriba...
Sin embargo, no siempre se sube linealmente. A veces es necesario ir hasta
el fondo, bien abajo, para poder subir hasta la máxima altura... Ese es el
camino al Cielo, al que todos queremos llegar (aunque parezca que nunca tenemos
apuro en hacerlo), y a donde Dios a todos y a cada uno nos invita...
2. JESÚS NOS MUESTRA EL CAMINO: SÓLO A TRAVÉS DE LA MUERTE
ES POSIBLE LLEGAR A LA PLENITUD DE LA VIDA... Pasa como con el grano de trigo,
que hasta que no cae en tierra y muere, no puede dar fruto. La Misa de hoy la
celebré, con los amigos que ya mencioné, en una Capilla de una Parroquia con
cementerio, en la que oportunamente pudimos rezar por todos los allí enterrados,
"granos de trigo" ya caídos en tierra, que pueden dar fruto, según lo que Jesús
hoy nos dice con su Palabra
A veces nos resistimos a la muerte, como nos resistimos a la Cruz, porque
nos parece que Dios no nos puede haber hecho sólo para el sufrimiento, eso nos
parece demasiado masoquista. A veces incluso nos parece que Dios está ausente de
este mundo en el que vemos tanto sufrimiento tanta muerte inútil, como la
que nos tira por la pantalla en este tiempo cada día la guerra absurda de la que
somos testigos y prisioneros, aunque quede tan lejos de nuestras tierras y
quizás (ojalá que no) de nuestras preocupaciones.
Es verdad, Dios no quiere para nosotros la muerte, sino la Vida. La Cruz de
Jesús no nos habla sólo y principalmente del sufrimiento. Jesús fue "levantado"
en ella, así como también nosotros, Él quiso ir "para arriba". Fue levantado y
fue glorificado en ella, y pasando por la Cruz, Jesús llegó a la resurrección, y
con ella ganó también para nosotros la Vida después de la muerte, la Vida que
llega con la resurrección, la verdadera Vida.
Esta es la Alianza que Dios ha hecho con nosotros, y ha inscripto en
nuestros corazones a través del Bautismo: una Alianza que no se rompe, una
decisión de parte de Dios, de la que no se arrepiente, una decisión por la que
nos quiere que estemos donde Él está, es decir, en la Casa del Padre, el Cielo,
la Vida.
3. DE LA MANO DE JESÚS, SIN HUIR DEL SUFRIMIENTO, MIRAMOS
PARA ARRIBA Y APOSTAMOS POR LA VIDA... La nuestra no es una religión que se
conforme con darnos un consuelo ante la muerte, sino que nos exhorta a aspirar
siempre a la verdadera Vida.
A nosotros no nos conforma, y no puede conformarnos, sólo sufrir, y
aguantar o soportar resignadamente el sufrimiento, como si sólo lo hiciéramos
porque no tenemos más remedio que hacerlo. Nosotros miramos para arriba, como
niños recién llamados a una vida que todavía no hemos descubierto del todo. Y lo
hacemos con asombro, en serio, porque le creemos a Jesús, y no nos
achicamos cuando mirando para arriba, nos encontramos con Jesús en la Cruz,
porque sabemos que Él, desde allí, nos lleva a la Vida...
Un abrazo y mis oraciones.
Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge: