Esta fue mi predicación de hoy, 3 de mayo de 2009,
Domingo
IV de Pascua del Ciclo Litúrgico B, en la Abadía Santa
Escolástica y en el Hogar
Marín:
1. HOY LOS CORDEROS
LOS VEMOS SÓLO EN LA
PARRILLA, AUNQUE TODAVÍA SABEMOS BIEN QUÉ HACE UN PASTOR... Los que
vivimos en
las grandes ciudades ya no tenemos oportunidad de ver ovejas o corderos
por las calles. Tampoco los podemos encontrar en los Hogares de
Ancianos de las
Hermanitas
de los Pobres, como seguramente sucedía cuando en algunos de
ellos
tenían espacio para producir sus alimentos. Los corderos, en todo caso,
sólo tenemos la oportunidad de verlos sobre la parrilla, si nos llegan
a invitar a algún asado en el que sean el plato principal. Pero aunque
estos animales ya no pertenecen a nuestro paisaje cotidiano, todos
sabemos cuál es la tarea de un pastor. Yo creo que se debe a que, a
pesar de que nuestra mayor semejanza con Dios es nuestra libertad y
consecuentemente cada uno de nosotros es el artífice de su
destino, todos tenemos también una profunda necesidad de ser guiados en
las
cosas fundamentales de nuestra vida, como las ovejas son guiadas por un
Pastor...
Esto no
se refiere, por cierto,
principalmente al campo político, sobre todo en la Argentina, donde ya
es tiempo de superar ese modo primitivo de organizarnos, por el que en
el pasado tuvimos una persistente preferencia de confiarnos en el
caudillo de turno, creyendo que bastaba su carisma para conducir y
organizar toda una nación. Dicen que es muy peligroso un mono con
revólver, porque puede disparar hacia cualquier lado. Pero yo creo que
es aún más peligroso un gobernante con plata y sin escrúpulos, porque
puede llegar a corromper todo el sistema democrático, comprando las
voluntades de políticos, legisladores, jueces y dirigentes, haciendo
que el sistema no funcione en favor de toda la comunidad, como
corresponde (también puede ser peligroso si está acostumbrado a manejar
voluntades con dinero, y empieza faltarle). Ya es tiempo de crecer en
nuestro sentido democrático, para lo cual hace falta ser críticos y
exigentes con nuestros dirigentes, exigiéndoles que rindan cuentas de
manera transparente de lo que hacen con el mandato que han recibido (no
hay que olvidar que el voto es un mandato que los ciudadanos dan al que
eligen; los elegidos, por lo tanto, son mandatarios que están obligados
por un contrato de justicia, que deben cumplir bajo pena de ser
demandados; pero el voto es también un modo de evaluación que los
ciudadanos tienen en sus manos, que permite manifestar su acuerdo su
desacuerdo con lo que hacen sus gobernantes)...
Sin
embargo, ciertamente necesitamos quien nos guíe cuando se trata de
caminar hacia nuestra meta eterna, cuando se trata de alcanzar nuestra
aspiración más profunda, que es el Cielo, y que se encuentra más allá
de nuestras posibilidades humanas. Es más, no sólo necesitamos de la
mano firme del pastor, sino también de la mano tierna de "pastoras",
que con su espíritu maternal sepan cuidar de nuestros deseos más
profundos, deseos de eternidad que el mismo Dios ha sembrado en
nosotros. Es cierto que nuestra naturaleza corporal es necesariamente
mortal. Pero Dios ha sembrado en lo más profundo de nuestro corazón
verdaderas y legítimas ansias y aspiraciones de eternidad, que estamos
llamados a cultivar y hacer fructificar, con la ayuda de hombres y
mujeres llenos de amor pastoral...
2. JESÚS ES EL
BUEN PASTOR, QUE SE ENTREGÓ EN LA CRUZ PARA DARNOS LA VIDA ETERNA...
Jesús se presenta como el Buen Pastor, y nos lo dice con toda claridad.
El viene de Dios, para llevarnos a Dios. Él es quien verdaderamente nos
puede guiar en esta marcha hacia los pastos eternos donde Dios nos
llama a descansar, en el Cielo. Desde la Cruz y con su Resurrección,
Jesús nos ha hecho verdaderamente hijos de Dios, como nos recuerda
San Juan en la primera de sus cartas que
hoy hemos
proclamado, y como Buen Pastor quiere conducirnos a la Casa de Su Padre
y nuestro Padre...
Por eso la mirada de
Jesús, Buen
Pastor, no se queda anclada en las circunstancias pasajeras de nuestra
vida cotidiana, sino que se fija en el horizonte, donde se encuentran
el Cielo y la tierra. Todavía no se ha manifestado todo lo que
significa que seamos hijos de Dios, pero cuando se manifieste, seremos
semejantes a Él y lo veremos tal cual es, nos dice
San
Juan. Jesús se hizo semejante a nosotros, asumiendo nuestra
condición mortal. Pero no lo hizo para que todo terminara con Él en la
tumba. Jesús resucitó, y abrió para nosotros las puertas de la Vida
eterna, en la que, gracias a la resurrección, seremos semejantes a Él,
seremos tal como Él es ahora, porque resucitó...
No existe bajo el cielo otro Nombre
dado a los hombres,
por el cual podamos alcanzar la salvación, que el Nombre de
Jesús, nos
recuerda
San Pedro con su
predicación. Pero además,
esta salvación no es un regalo destinado sólo a algunos, sino que Dios
la ha querido ofrecer a todos. Por eso Jesús recuerda a los Apóstoles,
y a nosotros, que hay "otras ovejas", a las que Él también tiene que
conducir. Su Palabra salvadora que nos llama a participar de la Vida
eterna tiene que ser anunciada y ofrecida a todos los hombres de todos
los tiempos. Y para eso Jesús llama a muchos a participar en su
condición de Pastor...
3. JESÚS LLAMA HOY A
LOS/AS JÓVENES A
PARTICIPAR EN LA TAREA DEL BUEN PASTOR... Jesús llama a muchos y a
muchas jóvenes a participar de una tarea, que consiste, como la del
Pastor, en acercar a los hijos de Dios los alimentos que los fortalecen
en su marcha hacia la Vida eterna. Esta tarea la realizan los
sacerdotes, con la predicación, la celebración de los Sacramentos y la
conducción de las comunidades eclesiales. Pero también la realizan los
hombres y mujeres que son llamados a la vida consagrada en los
institutos religiosos, entre ellos las
Hermanitas
de los Pobres (de las que soy Capellán en el Hogar Marín),
atendiendo sus Hogares de Ancianos...
Entrando a los Hogares de las Hermanitas, ya
desde la puerta alguno podría pensar que su principal tarea consiste en
mantener siempre impecables, como de hecho lo hacen, cada una de sus
Casas. Sin embargo, en la vocación de las Hermanitas es aún mucho más
importante mantener alimentados a los ancianos pobres que reciben en
sus Casas y a todos los que vivimos en ellas. Pero ni siquiera esto es
todo. Ellas dedican toda su vida a llenar de alegría los últimos años
de la vida de los ancianos que residen en sus Hogares, que llegan
golpeados por muchos sinsabores que han tenido que probar, para que
encuentren un camino firme y seguro hacia la Vida eterna ...
Todos
somos llamados por el Bautismo a una vida de servicio a los demás en el
amor, y esta vocación se especifica para cada uno de un modo especial,
como por ejemplo con el servicio del amor mutuo en la vocación
matrimonial. Pero el Señor se reserva algunos para quienes lo central
de su vocación consiste en
la contemplación de las
cosas divinas y la unión asidua con Dios en la oración (cf.
canon
663 §
1 del Código de Derecho Canónico). Así las Hermanitas de los Pobres,
siguiendo las inspiraciones de su fundadora, la Beata
Juana Jugan, hacen de su vida un servicio continuo a los ancianos, que
se alimenta cotidianamente el amor que reciben de Dios y dan en la
oración...
Dios sigue llamando
hoy a muchos jóvenes a todas las vocaciones de
especial consagración dentro de la Iglesia. Benedicto XVI nos exhorta
en su
Mensaje
para la 46° Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones a
tener
confianza en la iniciativa de Dios, en primer lugar, y al
mismo
tiempo confianza en
la respuesta humana. También hoy
llama a las
jóvenes, incluso en Argentina, que pueden encontrar su camino de
entrega a Dios y de
servicio a Jesús en el rostro de los ancianos pobres en la Congregación
de las
Hermanitas
de los Pobres.
Por eso es que, confiados en Dios, hoy rezamos todos en la Iglesia para
que los que son llamados escuchen esa voz de Dios, y encuentren la
alegría de responder con generosidad a la inmensa generosidad de Dios
que los llama...