Cuando se vive entre fieras...

Queridos amigos: 

Esta fue mi predicación de hoy, 1 de marzo de 2009, Domingo I de Cuaresma del Ciclo Litúrgico B, en la Abadía Santa Escolástica y en el Hogar Marín:

Pirata de hoy1. LA TENTACIÓN ES UNA COSA COTIDIANA CUANDO SE VIVE ENTRE FIERAS... Jesús, después de su Bautismo, fue llevado por el Espíritu al desierto. Allí vivía entre fieras, nos relata el Evangelio de San Marcos, y fue tentado...

También nosotros, aunque no estemos en el desierto, a veces parece que viviéramos entre las fieras, es decir los muchos y variados piratas de nuestro tiempo. Y en esas condiciones, nuestra vida también está llena de tentaciones. Nos vamos acostumbrando a vernos atacados o despojados, y tenemos la tentación de vivir con los dientes afilados, listos para gruñir ante el primer peligro, a la defensiva, e incluso, por las dudas, atacando, para no ser sorprendidos...

GranaderosEspecialmente en estos días en Argentina, aunque falten casi ocho meses para elecciones parlamentarias, y casi tres años para las elecciones presidenciales, mientras todavía no han terminado de convencernos que el poder político se utiliza para el servicio de los ciudadanos nos toca ver comportamientos más propios de caníbales, tratando de "comerse" unos a otros, con luchas intestinas de poder que parecen darse entre fieras feroces dispuestas a todo, con comportamientos de adultos que parecen más propios de niños y de niños que ocupan el lugar de los adultos...

Oso furiosoEl camino de la salvación al que Dios nos llama pasa por la Cruz, pero nosotros muchas veces tenemos la tentación de tomar sólo la autopista de la satisfacción, incluso sin peaje. Por eso le escapamos al camino arduo que lleva desde el mal hasta el bien, el camino arduo que es necesario para construir efectivamente el bien, y caemos fácilmente en la tentación del desaliento o la pasividad...

Resumiendo, son muchas las tentaciones que tenemos. Podemos describirlas como las fuerzas que nos inclinan hacia el mal o nos quitan las fuerzas para luchar por el bien, tratando de desviarnos de nuestra fidelidad a Dios. Por eso, conviene que tengamos en cuenta que las tentaciones no vienen sólo desde afuera, de "las fieras". Muchas veces vienen también desde adentro de cada una de nosotros, ya que todos tenemos nuestro propio lado flaco, nuestra propia inclinación al mal, como consecuencia de nuestras propias imperfecciones, vicios o pecados. Es entonces por las heridas de nuestra propia naturaleza por donde se nos cuelan las tentaciones...

Jesús, con su experiencia en el desierto después de su Bautismo, nos enseña a luchar contra las tentaciones:

Palabra de Dios2. LAS TENTACIONES SE VENCEN HACIÉNDOLE CASO A DIOS, SIEMPRE Y EN TODO... Jesús en el desierto se ve puesto a prueba. Él sabe que ha venido para realizar los planes de Dios para la salvación de todos los hombres, que su camino estará lleno de vicisitudes, y que será necesario indefectiblemente que pase por la Cruz, para llevarnos a la Resurrección. Pero sabe también que no valen los atajos que se les presentarán como tentaciones, ofreciéndole siempre  un camino alternativo, más fácil y más corto que el que Dios le presenta. Pero Él es la Palabra de Dios hecha carne, y la fidelidad a sí mismo y a su Padre lo llevará a rechazar cualquier camino alternativo, para quedarse siempre con lo que Dios propone. Su fidelidad reclama de Él confianza y paciencia...

Palabra de DiosDios ha pronunciado para nosotros una Palabra clara a través de Jesús, Dios hecho hombre. Él nos dice todo lo que nos hace falta para seguir con fidelidad el camino que nos lleva a la salvación superando todas las tentaciones que nos apartan de Dios y nos llevan al fracaso. Su Palabra pone luz en nuestra vida señalándonos el camino de la salvación...

El camino seguro siempre consistirá en buscar en la Palabra de Dios cuál es su precisa voluntad para cada uno de nosotros en cada circunstancia. Tendremos que buscar en su Palabra la luz que nos hace falta en cada una de las situaciones en las que se nos ofrecen dos caminos, para ver cuál es el que Dios nos propone, en vez de confiar en nuestras solas fuerzas. Sólo ése es el camino seguro que nos lleva a la Vida eterna...

A esta vida eterna fuimos llamados en el Bautismo. Igual que a Jesús, a partir de ese momento se nos interponen las tentaciones, queriendo desviarnos del camino. La diferencia es que nosotros muchas veces caemos en ellas. Por eso, antes de celebrar nuevamente con verdadero gozo la Resurrección de Jesús, anticipo de la nuestra, en la próxima Pascua, necesitamos hacer un camino de conversión al que hoy Jesús nos llama, en este primer Domingo de Cuaresma...

Oración3. ORACIÓN Y PENITENCIA: EL CAMINO DE LA CONVERSIÓN EN EL TIEMPO DE CUARESMA... La conversión consiste en un camino de vuelta, de regreso a la fidelidad, de retorno al camino que emprendimos con nuestro Bautismo. si nuestros pecados y debilidades nos han llevado barranca abajo, la conversión nos permite remontar lo que hemos perdido, para reencontrarnos con Dios, a quien le hemos dado la espalda...

PenitenciaPor eso lo primero que tendremos por delante será la oración. Tendremos que rezar más y mejor, porque la oración nos dará ese oxígeno espiritual que nos permita respirar el Espíritu de Dios. Por supuesto que la oración no es sólo para este tiempo de Cuaresma, pero ciertamente también en este tiempo podremos intensificarla, de modo que lleguemos a la Pascua bien conscientes de la necesidad que siempre tenemos de Dios...

Pero también será necesaria nuestra penitencia, que encontrará un instrumento adecuado en el ayuno. No consistirá esta penitencia en prácticas más o menos deportivas que nos permitan probar cuánto somos capaces de hacer con nuestra propia capacidad de privarnos lo que nos gusta, sino mucho más simple y efectivamente, en aceptar el sacrificio de la entrega cotidiana en el servicio a nuestros hermanos en el amor. Benedicto XVI nos explicó en su Mensaje para la Cuaresma cómo el ayuno no consiste en una medida terapéutica para el cuidado del propio cuerpo, sino mucho más simple y efectivamente en una “terapia” para curar todo lo que nos impide conformarnos a la voluntad de Dios, estando más abiertos a los demás que ocupados de nosotros mismos, puestos a su servicio con amor, aunque esto nos traiga la Cruz...


Lecturas bíblicas del Domingo I de Cuaresma del Ciclo B:

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Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge:
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