Sigue llamando...
Queridos amigos:
Esta fue mi predicación de hoy, 7 de mayo de 2006,
Domingo
IV de Pascua del Ciclo Litúrgico B, en el Hogar
Marín:
1. LOS CORDEROS LOS VEMOS SÓLO EN LA
PARRILLA, PERO SABEMOS BIEN QUÉ HACE UN PASTOR... Los que vivimos en
las grandes ciudades ya no tenemos oportunidad de ver ovejas o corderos
por las calles. Tampoco los podemos encontrar en los Hogares de
Ancianos de las
Hermanitas
de los Pobres, como seguramente sucedía cuando en algunos de ellos
tenían espacio para producir sus alimentos. Los corderos, en todo caso,
sólo tenemos la oportunidad de verlos sobre la parrilla, si nos llegan
a invitar a algún asado en el que sean el plato principal. Pero aunque
estos animales ya no pertenecen a nuestro paisaje cotidiano, todos
sabemos cuál es la tarea de un pastor. Yo creo que se debe a que, a
pesar de que nuestra mayor semejanza con Dios es nuestra libertad y
consecuentemente cada uno de nosotros somos el artífice de nuestro
destino, tenemos también una profunda necesidad de ser guiados en las
cosas fundamentales de nuestra vida, como ovejas que son guiadas por un
Pastor...
Esto no se refiere, por cierto,
principalmente al campo político, sobretodo en la Argentina, donde ya
es tiempo de superar ese modo primitivo de organizarnos, por el que en
el pasado tuvimos una persistente preferencia de confiarnos en el
caudillo de turno, creyendo que bastaba su carisma para conducir y
organizar toda una nación. Dicen que es muy peligroso un mono con
revólver, porque puede disparar hacia cualquier lado. Pero yo creo que
es aún más peligroso un gobernante con plata y sin escrúpulos, porque
puede llegar a corromper todo el sistema democrático, comprando las
voluntades de políticos, legisladores, jueces y dirigentes, haciendo
que el sistema no funcione en favor de toda la comunidad, como
corresponde...
Ya es tiempo de crecer en
nuestro sentido democrático, para lo cual hace falta ser críticos y
exigentes con nuestros dirigentes, exigiéndoles que rindan cuentas de
manera transparente de lo que hacen con el mandato que han recibido (no
hay que olvidar que el voto es un mandato que los ciudadanos dan al que
eligen; los elegidos, por lo tanto, son mandatarios que están obligados
por un contrato de justicia, que deben cumplir bajo pena de ser
demandados)...
Sin embargo, ciertamente necesitamos quien nos guíe cuando se trata de
caminar hacia nuestra meta eterna, cuando se trata de alcanzar nuestra
aspiración más profunda, que es el Cielo, y que se encuentra más allá
de nuestras posibilidades humanas. Es más, no sólo necesitamos de la
mano firme del pastor, sino también de la mano tierna de "pastoras",
que con su espíritu maternal sepan cuidar de nuestros deseos más
profundos, deseos de eternidad que el mismo Dios ha sembrado en
nosotros. Es cierto que nuestra naturaleza corporal es necesariamente
mortal. Pero Dios ha sembrado en lo más profundo de nuestro corazón
verdaderas y legítimas ansias y aspiraciones de eternidad, que estamos
llamados a cultivar y hacer fructificar, con la ayuda de hombres y
mujeres llenos de amor pastoral...
2. JESÚS ES EL
BUEN PASTOR, QUE SE ENTREGÓ EN LA CRUZ PARA DARNOS LA VIDA ETERNA...
Jesús se presenta como el Buen Pastor, y nos lo dice con toda claridad.
El viene de Dios, para llevarnos a Dios. Él es quien verdaderamente nos
puede guiar en esta marcha hacia los pastos eternos donde Dios nos
llama a descansar, en el Cielo. Desde la Cruz y con su Resurrección,
Jesús nos ha hecho verdaderamente hijos de Dios, como nos recuerda San Juan en la primera de sus cartas que hoy hemos
proclamado, y como Buen Pastor quiere conducirnos a la Casa de Su Padre
y nuestro Padre...
Por eso la mirada de Jesús, Buen
Pastor, no se queda anclada en las circunstancias pasajeras de nuestra
vida cotidiana, sino que se fija en el horizonte, donde se encuentran
el Cielo y la tierra. Todavía no se ha manifestado todo lo que
significa que seamos hijos de Dios, pero cuando se manifieste, seremos
semejantes a Él y lo veremos tal cual es, nos dice
San
Juan. Jesús se hizo semejante a nosotros, asumiendo nuestra
condición mortal. Pero no lo hizo para que todo terminara con Él en la
tumba. Jesús resucitó, y abrió para nosotros las puertas de la Vida
eterna, en la que, gracias a la resurrección, seremos semejantes a Él,
seremos tal como Él es ahora, porque resucitó...
No existe bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres,
por el cual podamos alcanzar la salvación, que el Nombre de Jesús, nos
recuerda
San Pedro con su predicación. Pero además,
esta salvación no es un regalo destinado sólo a algunos, sino que Dios
la ha querido ofrecer a todos. Por eso Jesús recuerda a los Apóstoles,
y a nosotros, que hay "otras ovejas", a las que Él también tiene que
conducir. Su Palabra salvadora que nos llama a participar de la Vida
eterna tiene que ser anunciada y ofrecida a todos los hombres de todos
los tiempos. Y para eso Jesús llama a muchos a participar en su
condición de Pastor...
3. JESÚS SIGUE LLAMANDO A LOS/AS JÓVENES A
PARTICIPAR EN LA TAREA DEL BUEN PASTOR... Jesús llama a muchos y a
muchas jóvenes a participar de una tarea, que consiste, como la del
Pastor, en acercar a los hijos de Dios los alimentos que los fortalecen
en su marcha hacia la Vida eterna. Esta tarea la realizan los
sacerdotes, con la predicación, la celebración de los Sacramentos y la
conducción de las comunidades eclesiales. Pero también la realizan los
hombres y mujeres que son llamados a la vida consagrada en los
institutos religiosos, entre ellos las Hermanitas
de los Pobres (de las que soy Capellán en el Hogar Marín),
atendiendo sus Hogares de Ancianos...
Entrando a los Hogares de las Hermanitas, ya
desde la puerta alguno podría pensar que su principal tarea consiste en
mantener siempre impecables, como de hecho lo hacen, cada una de sus
Casas. Sin embargo, en la vocación de las Hermanitas es aún mucho más
importante mantener alimentados a los ancianos pobres que reciben en
sus Casas y a todos los que vivimos en ellas. Pero ni siquiera esto es
todo. Ellas dedican toda su vida a llenar de alegría los últimos años
de la vida de los ancianos que residen en sus Hogares, que llegan
golpeados por muchos sinsabores que han tenido que probar, para que
encuentren un camino firme y seguro hacia la Vida eterna ...
Tampoco es esta la tarea más importante de
las Hermanitas. Siguiendo las inspiraciones de su fundadora, la Beata
Juana Jugan, y conforme a lo que nos recuerda el Papa Benedicto XVI en
su
Mensaje
para la 43° Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones que hoy
celebramos, lo central de la vocación de las Hermanitas, como de todos
los que asumen la vida consagrada en las diversas formas en que ésta se
realiza dentro de la Iglesia, consiste en
la contemplación de las
cosas divinas y la unión asidua con Dios en la oración (canon 663 §
1 del Código de Derecho Canónico). El encuentro con Dios, en efecto, es
la fuente en la que se alimenta cotidianamente el amor que los
religiosos y las religiosas ponen en evidencia a través de sus
múltiples tareas de servicio en la Iglesia...
Dios sigue llamando hoy a muchos jóvenes a todas las vocaciones de
especial consagración dentro de la Iglesia. También llama a las jóvenes
argentinas que pueden encontrar su camino de entrega a Dios y de
servicio a Jesús en el rostro de los ancianos pobres en la Congregación
de las
Hermanitas
de los Pobres (a propósito, es bueno recordar, como lo hace la
biografía que nos ofrece el Vaticano, que la
Beata
Teresa de Calcuta se alojó temporalmente en una casa de las
Hermanitas de los Pobres cuando daba sus primeros pasos en Calcuta).
Por eso es que, confiados en Dios, hoy rezamos todos en la Iglesia para
que los que son llamados escuchen esa voz de Dios, y encuentren la
alegría de responder con generosidad a la inmensa generosidad de Dios
que los llama...
Lecturas bíblicas del Domingo IV de Pascua del Ciclo
Litúrgico B:
- En aquellos días: Pedro, lleno del Espíritu
Santo, dijo: «Jefes del pueblo y ancianos, ya que hoy se nos pide
cuenta del bien que hicimos a un enfermo y de cómo fue curado, sepan
ustedes y todo el pueblo de Israel: este hombre está aquí sano delante
de ustedes por el nombre de nuestro Señor Jesucristo de Nazaret, al que
ustedes crucificaron y Dios resucitó de entre los muertos. El es la
piedra que ustedes, los constructores, han rechazado, y ha llegado a
ser la piedra angular. Porque no existe bajo el cielo otro Nombre dado
a los hombres, por el cual podamos alcanzar la salvación» (Hechos de
los Apóstoles 4, 8-12). îî
- Queridos hermanos: ¡Miren cómo nos amó el Padre!
Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente.
Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a él.
Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y lo que seremos no se
ha manifestado todavía. Sabemos que cuando se manifieste, seremos
semejantes a él, porque lo veremos tal cual es (1 Juan 3, 1-2). îîî
- Jesús dijo: «Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por
las ovejas. El asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no
pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye. y
el lobo las arrebata y la dispersa. Como es asalariado, no se preocupa
por las ovejas. Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis
ovejas me conocen a mí -como el Padre me conoce a mí y yo conozco al
Padre- y doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no
son de este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán mi
voz, y así habrá un solo Rebaño y un solo Pastor. El Padre me ama
porque yo doy mi vida para recobrarla. Nadie me la quita, sino que la
doy por mí mismo. Tengo el poder de darla y de recobrarla: este es el
mandato que recibí de mi Padre» (Juan 10, 11-18).
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Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge: