La Navidad comienza de noche...

Queridos amigos:
 
Aquí va mi predicación de la Nochebuena de 2001. Me basé en estas frases de las lecturas bíblicas de la Misa de la Nochebuena:

1. CUANDO COMENZAMOS A CELEBRAR LA NAVIDAD, ES DE NOCHE. Y hoy parecen más contundentes que nunca las tinieblas de la noche. No sólo por las cosas que han pasado y pasan en estos últimos días: el desconcierto, los saqueos, el temor, el descontrol, la incertidumbre... Sino también por esas tinieblas más densas, que están a la base de todos estos acontecimientos, y que son las del corazón: las mezquindades, las cegueras, los egoísmos, las ambiciones. Todas estas cosas hacen muy oscuro el panorama que tenemos por delante los argentinos, y son capaces de quitarle el ánimo hasta al más corajudo...
 
2. Sin embargo, Isaías nos dice que EN ESTAS TINIEBLAS BRILLÓ UNA GRAN LUZ: "sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz", es decir, aquí... Esta luz nace en un Pesebre. Esta luz es Jesús. Y es no sólo un motivo suficiente, sino el más legítimo y contundente, para la alegría. Es en el Pesebre de Belén donde podemos ir hoy a buscar la alegría. Allí vamos a encontrar a Jesús, y nos va a enseñar a vivir de una manera justa y ordenada. Nos va a enseñar la paciencia. Nos hablará también de la Cruz, que quizás se construye con los mismos maderos con los que se hizo el Pesebre...
 
Porque el Pesebre hoy nos suena tierno y romántico, pero es un lugar para animales, y el único que le quedó libre a Dios cuando quiso venir a habitar con nosotros. Como la Cruz fue el único lugar que le quedó, cuando ya no se lo quiso escuchar más. Ambos, Pesebre y Cruz, son consecuencia del rechazo de los hombres, cuando no quieren dejarle lugar a Dios en este mundo, y pretenden dejarlo al margen, es decir, excluirlo... (¡hoy hay tantas cruces, y tantos pesebres...!).
 
Ya desde el Pesebre este Niño, Jesús, va a desafiar a la muerte, para darnos la vida con su resurrección. En el Pesebre nos va a enseñar a tener constancia en la fe, y nos ayudará a responder con fidelidad a Dios, que nunca falla, ni abandona a los suyos.
 
3. Por eso, PARA QUE SEA SIEMPRE ALEGRE LA NAVIDAD, NO HAY QUE ALEJARSE DEL PESEBRE. Allí está José, el hombre justo, que hace lo que debe. También está María, siempre fiel y siempre alegre. Allí está Jesús. No alejarse del Pesebre significa confiar en la paz que puede dar este Niño, que puede todo y nace pobre. No hay que alejarse aunque con la madera del Pesebre se construya después la Cruz, porque allí Jesús también vence. Y de allí surge la Paz que buscamos, de la Cruz y del Pesebre.

Posdata: Esta última foto está tomada del Pesebre viviente que hicieron los Ancianos del Hogar Marín, con la ayuda de algunos voluntarios, antes de la Misa de Nochebuena.


Un abrazo y mis oraciones.
 
P. Alejandro W. Bunge
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