Elegidos para responder...
Queridos amigos:
Esta fue mi predicación de hoy, Miércoles 8 de diciembre de 2004,
Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, en el Hogar Marín,
en
la Misa en la que las Hermanitas de los Pobres, como todos los años en
la
misma fecha, renuevan sus votos de pobreza, castidad, obediencia y
hospitalidad. Me apoyé en las siguientes frases de las lecturas
bíblicas del día:
- El Señor dijo a la serpiente: "... Pondré enemistad entre ti y la
mujer, entre tu linaje y el suyo. El te aplastará la cabeza y tú le
acecharás el talón" (Génesis 3, 14-15).
- Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos
ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el
cielo, y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que
fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor (Efesios
1, 3-4).
- El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre
perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la
virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo:
«¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas
palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar
ese saludo. Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha
favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre
Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios
le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob
para siempre y su reino no tendrá fin». María dijo al Ángel: «¿Cómo
puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». El Ángel
le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será
llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a
pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en
su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios». María dijo
entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que
has dicho».Y el Ángel se alejó (Lucas 1, 26-38).
1. LADRAN, SANCHO, SEÑAL QUE
CABALGAMOS, DECÍA EL QUIJOTE, Y SEGUÍA TRAS SUS HAZAÑAS... El Quijote,
tal como nos lo presenta Miguel de Cervantes, es un optimista natural,
incapaz de dejarse doblegar por las más insistentes de las
adversidades. Pero además, el Quijote, una vez dicha esa frase, no se
queda hablando de los que ladran, sino del camino y de las aventuras
que tenía por delante...
Nosotros, por nuestra condición de cristianos, también somos
optimistas, pero no de una manera sólo natural, sino esencialmente
teológica. Somos optimistas teológicos, porque nuestra fe nos muestra
no sólo un camino que es posible recorrer, sino una meta hacia la que
el Señor nos llama, que se encuentra plenamente realizada en María, Su
y nuestra Madre. Igual que el Quijote, podemos decirnos, frente a los
diversos ataques de diverso calibre que cada tanto se suceden, y
últimamente de manera muy soez, contra los valores y las personas de
nuestra fe, incluida la Virgen María: "Ladran, señal de que nuestra fe
está viva...". Pero después, no vale la pena que nos quedemos hablando
de los ataques que sufrimos, o de los que los hacen. Más provecho para
nosotros, y para quienes "nos ladran" provendrá de celebrar y vivir a
fondo nuestra fe, este don que el que Dios nos ha bendecido...
En este sentido, es muy bueno que el Cardenal Bergoglio, como los demás
Obispos de nuestro país, ante los hechos agraviantes para la figura de
Santa María Virgen, en vez de enfrascarse en luchas y críticas
inútiles, nos hayan exhortado a la penitencia y a la oración, "por
nuestros pecados y los de la ciudad", como el mejor modo de prepararnos
y de celebrar la Fiesta grande que hoy tenemos por delante, en medio
del Adviento, a los 150 años de haberse proclamado el dogma de la
Inmaculada Concepción...
Todos nosotros necesitamos,
cuando se hace oscuro el camino, una luz que brille con claridad para
mostrarnos el camino. En los tiempos que ahora nos toca vivir, tan
llenos de tinieblas y de oscuridad, no sólo en nuestra tierra sino en
el mundo entero, esta luz se hace más urgente todavía...
Todos sabemos que Jesús es la luz resplandeciente que necesitamos,
y a la que esperamos activamente una vez más, en este tiempo en el que
preparamos la Navidad. Pero Jesús, Dios hecho hombre, que quiso nacer,
vivir, morir y resucitar entre nosotros para salvarnos, siendo la luz
plena, quiso anticipar su presencia con una Aurora que nos anticipaba
el Sol naciente. Por eso quiso nacer de mujer y, siendo Dios, eligió su
Madre desde toda la eternidad en María, preservándola de las huellas
que en todos nosotros ha dejado pecado original, llamado así por ser el
pecado que cometieron los primeros hombres en el origen (de esto nos
habla toda la primera lectura de hoy, de la que he seleccionado la
frase que nos muestra a la mujer que está por encima de la descendencia
del pecado)...
2. MARÍA, INMACULADA DESDE EL PRIMER INSTANTE
DE SU CONCEPCIÓN... Quiere decir que María, porque así lo quiso y así
lo hizo Dios, fue preservada de la huella del pecado original, y nacida
sin pecado, de tal modo respondió siempre y en todo con fidelidad a
Dios, que conservó para siempre su integridad. Aunque desde siempre
esto formó parte de nuestra fe, y ya los Santos Padres en los primeros
siglos de la Iglesiase referían de una manera u otra a este misterio,
fue el 8 de diciembre de 19854, hace 150 años, cuando el Papa Pío IX
proclamó de manera solemne y definitiva el Dogma de la Inmaculada
Concepción, afirmando: "La bienaventurada Virgen María fue preservada
inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su
concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en
atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano"....
Las Hermanitas de los Pobres, en todo el mundo, eligen esta fecha
para renovar la consagración que de un día para siempre hicieron a
Dios, porque María les sirve de modelo y les muestra el camino para ser
fieles a Dios. Ellas renuevan hoy cuatro votos, que nos hablan a todos
nosotros de lo que cada uno puede hacer en su respuesta a Dios. Aquí,
en el Hogar María, además, la Hermanita Lucía se prepara para celebrar
mañana los 55 años de su primera profesión, y los 50 de su profesión
perpetua, de los votos con los que se consagró a Dios...
Ellas eligieron, y hoy renuevan, el voto de pobreza, y con eso nos
muestran que nada hay para ellas que pueda estar por encima de Dios.
Ellas eligieron, y hoy renuevan el voto de castidad, con la que nos
muestran que se entregan del todo y enteramente sólo a Dios. Ellas
eligieron, y hoy renuevan el voto obediencia, que pone remedio a la
soberbia que puede llevarnos a creer que siempre tenemos razón. Eligen
la obediencia, y con eso nos muestran que quieren obedecer siempre y en
todo a Dios. Ellas eligieron, y hoy renuevan también hoy, el voto
propio y característico de su Congregación, el voto de hospitalidad. Y
en esto también aprenden de María, que aceptando el anuncio del Ángel,
engendró, como dice San Agustín, a Jesús en su seno, porque primero le
había abierto su corazón, y lo había hospedado allí. Las Hermanitas,
siguiendo la inspiración de su fundadora, quieren recibirlo a Jesús que
se acerca a ellas en los ancianos pobres, y en todos los que se acercan
en sus casas, y por eso renuevan este voto de hospitalidad, decididas a
recibirlo siempre y de la mejor manera en su corazones y en sus casas a
estos enviados de Dios...
3. ELEGIDOS POR DIOS, SÓLO FALTA NUESTRA
RESPUESTA DE AMOR... Ni en María la fidelidad estuvo garantizada de
manera automática, ni puede estarlo en ninguno de nosotros, ni en las
Hermanitas. María tuvo que responder con fidelidad cada día al don de
Dios con el que había sido especialmente bendecida, y lo hizo con
integridad y plenitud. También nosotros, como las Hermanitas, tenemos
que renovar cada día la fidelidad al don que hemos recibido. Por eso,
aunque ellas han hecho estos votos de una vez para siempre, en este día
vuelven a elegir de manera solemne, como necesitan hacerlo cada día en
el silencio de la oración, su consagración a Dios. Y lo hacen en
cualquier lugar del mundo por donde tienen sus casas...
Estas dos Hermanitas africanas, que conocí en septiembre de 2001
en la Casa Madre de las Hermanitas en Francia, hoy estarán como
nuestras queridas Hermanitas de nuestra Casa, renovando su
consagración. Y con ellas, también cada uno de nosotros podemos darnos
cuenta que hemos sido elegidos, como ellas, y como María, por el amor
de Dios. Sólo falta cada día, con perseverancia, nuestra respuesta,
también una respuesta de amor...
Un abrazo y mis oraciones.
Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge: