Tentaciones
siempre habrá, pero
se pueden vencer...
Queridos amigos:
Aquí va mi predicación del Domingo 17 de febrero de 2002, Primer
Domingo de Cuaresma. Me apoyé en las siguientes frases de las lecturas bíblicas
de la Misa del día:
- Cuando la mujer vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable
a la vista y deseable para adquirir discernimiento, tomó de su fruto y
comió; luego se lo dio a su marido, que estaba con ella, y él también
comió (Génesis 3, 6).
- Pero no hay proporción entre el don y la falta. Porque si la falta
de uno solo provocó la muerte de todos, la gracia de Dios y el don
conferido por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, fueron derramados
mucho más abundantemente sobre todos (Romanos 5, 15).
- El tentador, acercándose, le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, manda
que estas piedras se conviertan en panes». Jesús le respondió: «Está
escrito: "El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que
sale de la boca de Dios"». Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y
lo puso en la parte más alta del Templo, diciéndole: «Si tú eres Hijo
de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Dios dará órdenes a sus
ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con
ninguna piedra"». Jesús le respondió: «También está escrito: "No tentarás al
Señor, tu Dios"». El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde
allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor, y le
dijo: «Te daré todo esto, si te postras para adorarme». Jesús le respondió:
«Retírate, Satanás, porque está escrito: "Adorarás al Señor, tu Dios, y a
él solo rendirás culto"» (Mateo 4, 3-10)
1.
TODOS CONOCEMOS LA TENTACIÓN: ES COMO UNA VOZ QUE NOS HABLA "DESDE AFUERA", Y
NOS PROPONE UN CAMINO CORTO PARA ALCANZAR ALGO QUE APARECE COMO BUENO, PERO QUE
NOS HACE MAL. Por ejemplo, cuando tenemos hambre, a los diabéticos nos propone
comer alguna cosa dulce, que sabe bien pero nos hace mal, a los hipertensos les
propone comer un buen plato de pastas con bastante sal, que también les hace
mal, y a los gordos les propone un buen asado, con chorizo, chinchulines,
morcilla y mucha grasa, que es una maravilla, pero les resulta fatal.
Las tentaciones que Jesús pasa en el desierto pueden resumirse en saciar el
hambre, escaparle al dolor y tener poder sobre todos. Y las nuestras son siempre
iguales a éstas, aunque en distintas proporciones. Miremos la forma que pueden
tomar hoy en nuestra querida y zarandeada Argentina:
a) SACIAR EL HAMBRE hoy puede convertirse en la tentación, a causa de
la necesidad, de reducir nuestra vida a contar pesos o dólares, los que
tenemos o los que nos faltan, los que guardamos o los que nos
quitaron.
b) ESCAPAR AL DOLOR hoy puede ser la tentación de querer salir del lío en
el que estamos sin sufrimientos y privaciones, sin sacrificios, poniendo nuestro
bienestar por encima de cualquier otra consideración.
c) EL PODER hoy puede convertirse en la tentación de querer que todo se
haga como nosotros queremos. Por ejemplo, podría ser la tentación de echar
a los Jueces de la Corte Suprema a cacerola limpio, sin pensar en la justicia, y
hacer lo mismo con los políticos, dibujando "a mano alzada", una línea recta de
modo que los que queden de un lado sean los únicos malos y culpables, y del otro
lado (donde seguramente quedamos nosotros y nuestros amigos) los buenos e
inmaculados.
2. Pero no hay que caer en las tentaciones, porque no nos llevan a ningún
lado. No hay que caer en ninguna, aunque sea difícil y nos dé trabajo. Jesús nos
muestra el camino:
SE
VENCE LA TENTACIÓN HACIENDO CASO A LA PALABRA DE DIOS...
a) Hoy, frente a la tentación de saciar el hambre a cualquier precio, y
vivir obsesionados sólo por lo que se puede medir o adquirir con pesos o
dólares, la Palabra de Dios nos dice que "no sólo de pan vive el hombre".
También hoy, a pesar de las urgencias, hay tiempo para el amor. Es posible
compartir alegrías y tristezas, esfuerzos y preocupaciones. También hoy es
posible poner el corazón en cosas que no se compran y que no nos pueden robar.
También hoy es posible que nos alimentemos sobre todo de Dios, y estemos
dispuestos a compartir con los que tenemos cerca, recordando el milagro que
logra el amor, y que se comprueba cada vez que la necesidad nos abre el corazón
a nuestros hermanos: "cuando se comparte, sobra...".
b) Hoy, ante la tentación de querer salir de nuestra postración nacional
sin dolor, la Palabra de Dios nos hace mirar la Cruz de Jesús, y aprender en
ella que el amor crece y fructifica en el dolor. Esto nos enseña a no
esperar milagros que nos ahorren el esfuerzo, sino a poner un esfuerzo capaz de
hacer milagros, confiados en que "no hay mal que por bien no venga", como dice
el refrán, o que "Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman",
como nos dice la Palabra de Dios (Romanos 8, 28).
c) Hoy, ante la tentación de un poder que ponga orden y haga justicia a
cualquier precio (de un plumazo), Jesús nos recuerda que hay que adorar sólo a
Dios, poner sólo en Él nuestra confianza, sin adueñarnos de la vida de los
demás.
3. Es curioso. Jesús nos enseñó en el Padrenuestro a pedirle a Dios
que nos libre de todo mal, pero no que le pidamos que nos libre de las
tentaciones, sino sólo que no nos deje caer en ellas. Lo malo, entonces, no son
las tentaciones, sino sucumbir a ellas. Las tentaciones son también las
ocasiones en las que, de la mano de Jesús, nos acercamos más a Dios, siguiendo
sólo su luz y su Estrella. SIEMPRE HABRÁ TENTACIONES, PERO DE LA MANO DE JESÚS
PODREMOS VENCERLAS...
Un abrazo y mis oraciones.
Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge: