Una luz que brilla en las tinieblas...

Queridos amigos:
 
Esta es mi predicación correspondiente al 23 de diciembre de 2001, preparada con las lecturas del Cuarto Domingo de Adviento. Me apoyé en las siguientes frases de las lecturas bíblicas:

Helicóptero1. Esta semana nuestro país parecía una hoguera encendida. Primero vivimos el desconcierto, aunque lo que sucedía era previsible y, quizás, también inevitable. Después vino una reacción espontánea, cacerolas en mano, que parecía una señal sana, afirmando que todavía estamos vivos... Siguió el descontrol, el saqueo, el temor, el pánico. Finalmente, comienzan a aparecer soluciones, en las que las actitudes de los políticos no sólo no despejan las dudas, sino que parecen llevarnos a un nuevo escepticismo... Si el profeta Isaías fuera el cronista de todos estos hechos, quizás dijera lo mismo que en tiempos del Rey Ajaz: ¿NO LES BASTA CANSAR A LOS HOMBRES, SINO QUE QUIEREN CANSAR TAMBIÉN A DIOS?

2. La respuesta de Dios también es la misma: aunque nadie se lo pidiera (y somos muchos quienes se lo pedimos...), Dios va a dar una señal: una Virgen embarazada va a dar a luz un Hijo, que es Dios con nosotros.
 
MARÍA CONCIBIÓ POR OBRA DEL ESPÍRITU SANTO. Todo lo que viene de Dios es obra del Espíritu Santo. Y todo lo que es bueno viene de Dios... Todo lo que es bueno, entonces, tiene que ver con el Espíritu Santo.
 
La sensatez que esperamos para estos días, las medidas de gobierno que tengan más en cuenta a quienes más lo necesitan, la madurez y la "generosidad" que lleven a quien le corresponda a renunciar a lo que se haya apropiado sin que le sea propio (PODER, DINERO, PLACER...), también provienen del Espíritu Santo. Por eso, nosotros, en estas horas oscuras, nos ponemos firmes y esperanzados en la oración, pidiendo para todos esa apertura del corazón, por la que se hagan sensibles a lo que el Espíritu de Dios les sugiere...
 
3. JOSÉ, QUE ERA UN HOMBRE JUSTO, NO HABLÓ DE MÁS, Y OBEDECIÓ A DIOS. También José se encontró con cosas sorprendentes. Pero no empezó a "despotricar" contra María. Guardó la calma, y buscó "lo justo". Así pudo escuchar lo que Dios tenía para decirle a través del Angel. Y cuando oyó, hizo caso.
 
Adviento4Hoy tampoco es tiempo para sumar desconcierto al desconcierto, caos al caos, simplemente para descargarse. Hoy también hace falta no hablar de más, porque nuestras palabras, si son de más, pueden hacer daño. Simplemente, hay que buscar lo que es justo. Abrir los oídos, y el corazón, para oír lo que tiene Dios para decirnos.
 
Dios habla desde un pesebre en el que nace pobre. El pesebre tiene a María y a José, que nos muestran cómo recibir a Jesús: abriéndonos a su Espíritu, del que viene todo lo bueno, y haciéndole caso a Dios, que viene a salvarnos. Podemos esperar con las "puertas abiertas", lo que nos trae el Espíritu Santo. Y una vez que hemos oído y recibido lo que Dios nos dice y nos trae en el pesebre, llega el momento de obedecer a Dios, EN QUIEN CIERTAMENTE PODEMOS CONFIARNOS...

Un abrazo y mis oraciones.
 
P. Alejandro W. Bunge
Consultas o comentarios, aquí:Correo



Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge: