Comienza la fiesta, no hay tiempo que perder...
Queridos amigos:
Aquí va mi predicación del 2 de Diciembre de 2001, Primer Domingo de Adviento.
Me
apoyé en las siguientes frases de las lecturas bíblicas de hoy:
- El nos instruirá en sus caminos y caminaremos por sus sendas (Isaías 2, 3)
- Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas
(Isaías 2, 4)
- Ya es hora de despertarse, porque la salvación está ahora más cerca
de nosotros que cuando abrazamos la fe (Romanos 13, 11)
- Basta de excesos en la comida y en la bebida, basta de lujuria y
libertinaje, no más peleas ni envidias (Romanos 13, 13)
- Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor (Mateo
24, 37)
1. LAS FIESTAS COMIENZAN YA DESDE EL MOMENTO MISMO EN QUE EMPEZAMOS A
PREPARARLAS. Sobre todo cuando las preparamos junto con otros, como solemos
hacerlo en las fiestas de familia.
Ahora empezamos a preparar la Navidad. Es una fiesta de familia. Festejamos
porque Jesús vino. Vino niño y pobre. Fue bueno y trabajador. Con sus Palabras
de Verdad y sus hechos de Amor, nos trajo la salvación, al precio de su propia
vida, que entregó gustoso en la cruz, para salvar la nuestra, condenada al
fracaso del dolor y de la muerte.
Hay que estar prevenidos y despiertos, porque hay muchas cosas que nos
distraen, y puede ser que no preparemos nada de esta fiesta y nos quedemos sin
ella, o que nos quedemos en la cáscara, sin llegar al corazón de la misma (sería
como preparar una torta, en la que nos quedamos en la crema, el chocolate o el
dulce de leche de afuera, pero no preparamos el biscochuelo, que es el que
sustenta todo lo demás, y el que alimenta). La cáscara aquí serían los adornos
de la casa, las tarjetas de saludo, las comidas especiales, las despedidas de
fin de año (huelo que este año van a ser menos...), los regalos...
2. Pero lo que hay que preparar es la venida de Jesús, porque "la salvación
está ahora más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe" NOS PREPARAMOS
PARA RECIBIR A JESÚS, QUE VINO EN UN PESEBRE, QUE VIENE CADA DÍA, Y QUE VENDRÁ
EN EL ÚLTIMO DÍA de nuestra vida, a la hora de la verdad, en el momento final y
decisivo, que no sabemos cuándo será.
Lo que celebramos nos marca cuáles son las cosas importantes, y las que no
podemos olvidar a la hora de preparar la Navidad, para que sea una fiesta de
Paz.
"No más peleas y envidias", dice San Pablo. Porque la paz no caerá sola del
cielo. La paz requiere el esfuerzo de entendernos con nuestros parientes,
vecinos, amigos, conciudadanos, enemigos, con los que nos visitan y con los que
nos olvidan, con los que nos cuidan y con los que nos maltratan, con el mundo
entero.
"Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus
lanzas" dice Isaías. Vale la pena recordar lo que dijo un presidente
norteamericano, Eisenhower, en 1953, porque es de tremenda actualidad: "Cada
pistola que se fabrica, cada barco de guerra que se bota, cada misil que se
dispara significa, en último término, un robo a los que pasan hambre y no están
alimentados, a los que tienen frío y no están vestidos". No podemos pensar que
la violencia sea hoy la solución a los problemas del mundo, porque, al decir de
Eisenhower, estaríamos aceptando que el mundo civilizado sea una cueva de
ladrones.
El camino es el esfuerzo para entendernos, que en estos días podemos
aplicar a parientes, vecinos, amigos y enemigos, buscando con oración,
sacrificio, fe y alegría, preparar esta Navidad.
3. NO HAY TIEMPO QUE PERDER. HAY QUE ESTAR DESPIERTOS. JESÚS LLEGA
ENSEGUIDA... Esta vez no podemos dejarlo sólo en un pesebre. Sabiendo que nos
trae la salvación, nos toca prepararle un lugar donde pueda desplegar a sus
anchas lo que tiene para darnos. Y el mejor lugar es nuestro corazón. Jesús
llega en Navidad, en cada día, y al final, a la hora de la verdad. Hay que estar
dispuestos a recibirlo siempre, y del mejor modo, para encontrar la paz...
Un abrazo y mis oraciones.
Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge: