Todos tienen algo amable...
Queridos amigos:
Esta fue mi predicación de hoy, 20 de febrero de
2011, Domingo
VII del Tiempo Ordinario del Ciclo Litúrgico A, en el Hogar Marín:
I.-
Vídeo, en
Youtube
II.- Versión escrita
III.- Lecturas bíblicas de la Misa
1. UNA VEZ QUE
EMPIEZAN A RODAR, LAS BOLAS DE NIEVE CRECEN SOLAS... Cuando
empiezan a rodar, las bolas de nieve tienen su propia inercia y ya
no se detienen. Eso puede ser muy divertido cuando se trata de
jugar con la nieve. Se puede empezar con un pequeña pelota hecha
con las manos, y si se la arroja en el lugar y del modo adecuado,
comienza a rodar y se va haciendo cada vez más grande...
Pero también
sucede algo parecido en otras cosas que son más complicadas. Por
ejemplo, si pasa al lado de nosotros alguien a quien no conocemos
mucho pero que nos nos cae bien, puede ser que lo miremos mal.
Esta persona pensará, por el modo en que lo hemos mirado, que
nosotros no somos alguien en quien se puede confiar. Puede ser
también que, de modo preventivo, como lo hemos mirado mal, él nos
trate mal, y trate incluso de algún modo, aunque sea sólo
figurado, de ponernos una zancadilla. Y nosotros, prevenidos por
lo que el otro pueda hacer, de manera defensiva y hasta con un
buen ataque que nos aparece como la mejor versión de una buena
defensa, le hagamos algo malo, para mantenerlo a distancia...
Así es como
podemos terminar esquivándonos unos a otros, o poniéndonos
zancadillas, de modo tal que por las mutuas desconfianzas, que
comienzan a rodar como una bola de nieve, terminemos como estamos
en muchos ambientes de nuestra sociedad, pensando mal unos de
otros y tratándonos mal unos a otros...
Por eso Jesús, que nos muestra los mandamientos como bendiciones
que nos señalan los caminos que nos llevan al Dios, nos presenta
hoy de una manera consistente estas consecuencias del primer
mandamiento, que es amar a Dios con todo el corazón y a nosotros
como a nosotros mismos: el amor no tiene límites y no vale sólo
para con los amigos, sino que nos compromete con todos, también
con los que podemos pensar que son enemigos...
2.
EL AMOR DE DIOS NOS HA SALVADO. NUESTRO AMOR TRANSMITE SU
SALVACIÓN... El Amor de Dios nos ha rescatado del fracaso al que nos
lleva el pecado. Y redimidos por el Amor de Dios, nos llama a ser
testigos ante todos de este amor que redime...
Jesús no esperó un gesto pacífico de la humanidad para venir a
salvarnos. Le bastó saber que necesitábamos ser rescatados para
venir a nuestro encuentro con su Amor, que se expresó de una manera
culminante en la Cruz. Allí se abrieron sus brazos, para que todos
los hombres queden al alcance de su Amor y puedan encontrarse con
Él...
De la
misma manera que cuando sale el sol, éste sol es para todos, y
cuando llueve, la lluvia llega a todos, el Amor de Dios se puso a
disposición de todos los que quieren aceptarlo. Por eso nosotros que
hemos comprendido ese Amor de Dios y nos hemos beneficiados de él,
estamos llamados a ser testigos de este amor ante todos...
Nosotros, que nos alimentamos de este Amor de Dios con su Palabra y
con sus Sacramentos, de tal manera tenemos que llenarnos de Él que
en todo momento y ante todos podamos ser testigos de este amor que
nos ha redimido. Por eso nos dice San Agustín que la mayor parte de
los males de la humanidad (en su tiempo como en el que nos toca
vivir a nosotros, podemos agregar) provienen de las falsas
sospechas. Desconfiamos de alguien, "lo miramos mal", no le creemos,
y eso ya es una manera de cerrarle las puertas al Amor de Dios, al
menos al que tendría que ver reflejado en nosotros. Si tratáramos a
todos como enemigos, sin duda alguno que no es un enemigo, pero no
ha tenido tiempo de mostrarnos su amistad lo voy a tratar también
como un enemigo (S. Agustín,
Sermón 306, 8)...
Si por el contrario, me animo a tratar como amigo al que todavía no
lo es, puede ser que mi amistad le sirva para sanar las heridas de
su corazón. De hecho, Jesús nos hace ver hoy que no tenemos derecho
de negarles a los que nos hacen daño el bien que nuestro amor puede
hacerles. No sabemos si ese amor alcanzará para cambiarles el
corazón, pero al menos sabremos que no les hemos negado ese amor que
Dios sembró en nosotros y del que nos ha hecho testigos...
3.
TODOS TIENEN ALGO AMABLE PARA QUE NOSOTROS PODAMOS QUERERLOS... Cada
quien tiene algo de bueno. Y eso bueno que es posible encontrar en
cada uno es suficiente para que haciendo pie en esa bondad, sea
pequeña o grande, podamos brindarle el amor que Dios ha sembrado en
nosotros...
No hace falta que pensemos en todos los motivos que podemos tener
para excluir a alguien de nuestro amor. Para algunos los motivos
podrán ser muchos. Si buscamos en él lo que tenga de amable será
suficiente para que los miremos con bondad. Por eso es que Dios
puede brindar su Amor a todos, porque todos tienen algo que lo hace
amable...
Tenemos
ejemplo claros que nos muestran que el amor siempre es posible. Juan
Pablo II será beatificado el próximo 1 de mayo. Entre las cosas que
mueven al Papa a realizar esta beatificación está el esfuerzo que
siempre hizo por pensar bien de todos, hasta llegar a la caridad con
la que desde el primer momento estuvo abierto a perdonar a quien
atentó contra su vida el 13 de mayo de 1981 en la Plaza San Pedro...
Desde lo más profundo de su corazón surgía esta actitud de perdón.
No estaba "actuando". No sabía el Papa que iba a ser beatificado,
así que no hacía estas cosas para dar motivos para que se pudiera
hacerlo. Simplemente hacía caso a lo que Dios inspiraba en lo más
profundo de su corazón, y precisamente por esa fidelidad al camino
que el Amor de Dios le señalaba es que será beatificado...
El Amor de Dios nos ha hecho testigos a todos nosotros. Y siempre
hay algo en cada uno de los que nos rodean que es suficiente para
que no los privemos de la bendición de nuestra respuesta de amor,
que los ayude a encontrar el Amor de Dios, que todo lo
puede...
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Lecturas
bíblicas
del Domingo VII del Tiempo Ordinario del Ciclo "A":
- El Señor dijo a Moisés: Habla en estos términos a toda la
comunidad de Israel: Ustedes serán santos, porque yo, el Señor
su Dios, soy santo. No odiarás a tu hermano en tu corazón:
deberás reprenderlo convenientemente, para no cargar con un
pecado a causa de él. No serás vengativo con tus compatriotas ni
les guardarás rencor. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo
soy el Señor (Levítico 19, 1-2 y 17-18).
- Hermanos: ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el
Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo
de Dios, Dios lo destruirá a él. Porque el templo de Dios es
sagrado, y ustedes son ese templo. ¡Que nadie se engañe! Si
alguno de ustedes se tiene por sabio en este mundo, que se haga
insensato para ser realmente sabio. Porque la sabiduría de este
mundo es locura delante de Dios. En efecto, dice la Escritura:
"El sorprende a los sabios en su propia astucia", y además: "El
Señor conoce los razonamientos de los sabios y sabe que son
vanos". En consecuencia, que nadie se gloríe en los hombres,
porque todo les pertenece a ustedes: Pablo, Apolo o Cefas, el
mundo, la vida, la muerte, el presente o el futuro. Todo es de
ustedes, pero ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios (1
Corintios 3, 16-23).
- Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han oído que se dijo:
"Ojo por ojo y diente por diente". Pero yo les digo que no hagan
frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una
bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al
que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale
también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro,
camina dos con él. Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda
al que quiere pedirte algo prestado. Ustedes han oído que se
dijo: "Amarás a tu prójimo" y odiarás a tu enemigo. Pero yo les
digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así
serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir
el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e
injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué
recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si
saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario?
¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos
como es perfecto el Padre que está en el cielo (Mateo 5, 38-48).
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Predicaciones
del P. Alejandro W.
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