Exigentes
y pacientes...
Queridos amigos:
Esta fue mi predicación de hoy, 13 de febrero de
2011, Domingo
VI del Tiempo Ordinario del Ciclo Litúrgico A, en la Abadía Santa
Escolástica y en el Hogar Marín:
I.-
Vídeo,
en Youtube (predicación en el Hogar Marín)
II.- Versión escrita
III.- Lecturas bíblicas de la Misa
1. YA ANTES DE
DESPERTARNOS PODRÍAMOS EMPEZAR A HACER LA LISTA DE QUIÉNES
QUEJARNOS... Yo creo que cada mañana, desde unos minutos antes de
despertarnos, con sólo atender un poco a nuestro subconsciente,
cada uno de nosotros podríamos hacer una lista de las personas
ante las que estaríamos dispuestos a presentar nuestras quejas a
lo largo del día...
Es muy probable que en esa lista enseguida encuentre su lugar
algún vecino, ante quien tendríamos siempre listas algunas quejas.
Ya sea un vecino de dormitorio en nuestra casa, o un vecino de
mesa en el lugar donde comemos habitualmente, o un vecino de casa,
o hasta un vecino en el mundo, porque los países son vecinos unos
de otros, y también tienen sus quejas unos para con otros...
Es posible
también que en la lista que hagan los adolescentes tengan un lugar
de preferencia sus padres. Porque aunque los padres no hayan
cambiado mucho su modo de pensar y de obrar, mientras los
adolescentes eran niños seguramente pensaban que los padres
siempre tenían razón. Después, ya adolescentes, comenzaron a
pensar que nunca tienen razón, y ya llegarán al momento en que,
habiendo crecido también ellos, terminen dándose en cuenta que en
realidad los padres más bien con frecuencia, sino siempre, tenían
razón. También es posible que sobre otros parientes tendríamos a
quiénes agregar en la lista de nuestras quejas...
Por
lo demás, ya se acercan los tiempos de las elecciones en
nuestra
patria, y enseguida nos podremos exigentes y quejosos con
nuestros políticos, para quienes seguramente con sobrados motivos
tendríamos una larga lista de quejas para presentarles, tan larga
como la lista de frustraciones que van acumulándose en una patria
como la nuestra con tantas realizaciones del bien común
continuamente frustradas...
Pero tenemos que tener cuidado, porque es muy probable que cada
uno de nosotros aparecería en la lista que otros harían. ¿O
alguien se anima a pensar que nadie tiene motivos para quejarse
sobre él? Todos tenemos alguien de quien quejarnos, y algunos (o
muchos) tienen quejas para presentarnos a nosotros. Si por eso
fuera, y atendiéramos a las listas de quejas, el resultado sería
que entre todos estaríamos quejándonos de todo, todo el tiempo.
Así las cosas nunca podrían avanzar...
Por eso nos hace mucho bien que San Pablo nos recuerde hoy esta
Sabiduría que viene de lo alto, que es Jesús. El, que es el Amor
de Dios, la Sabiduría de Dios que ha venido a rescatarnos, nos
hace exigentes con nosotros mismos y pacientes con los demás, y
nos exhorta con vehemencia a revisar nuestra vida...
2.
EL AMOR NOS HACE EXIGENTES CON NOSOTROS MISMOS Y PACIENTES CON LOS
DEMÁS... La exhortación de Jesús, hecha a los discípulos, nos
incluye como destinatarios. Ciertamente nos viene bien, porque
siempre existe el peligro, cuando se ha recorrido ya un tramo en el
camino de la fe, pensar que ahora nos toca descansar un poco,
mientras a otros le corresponde el esfuerzo de la fidelidad...
Siempre nos toca
hacer algo más. Nuestra justicia, por ejemplo, tiene que ser aún
mejor que la que hasta ahora hemos ostentado. ¿O alguno puede pensar
que ya es suficientemente justo, y no necesita serlo más? Y también
nuestra paciencia tiene que ser mayor, porque no se trata sólo de
"no matar", ni siquiera de "no irritarse" con los demás, se trata de
estar dispuestos a acercarnos a cualquiera que tenga alguna queja
contra nosotros, para encontrarnos y reconciliarnos con él si esto
hiciera falta. Y además, se trata de hacer todo esto antes de
presentar nuestra ofrenda ante el altar...
Lo que nos molesta de los demás nos tiene que servir para mirarnos
dentro de nosotros mismos, y encontrar así todo lo que tenemos para
corregir. Porque el Amor de Dios, que es paciente con nosotros, nos
llama a exigirnos a nosotros mismos para estar a la altura de su
Amor, y ser pacientes con los demás, para ayudarlos a descubrir la
grandeza del Amor de Dios que nos redime y nos salva...
3.
JESÚS NOS LLAMA A HACERNOS CARGO DE NOSOTROS MISMOS Y A CRECER TODO
EL TIEMPO... Se trata, entonces, de crecer en todo. A esto nos llama
Jesús todo el tiempo. No basta ser cada día un poco mayor, es decir,
simplemente más viejo, porque pasa el tiempo...
Lo
que hay que hacer es crecer cada día, y eso se puede hacer siempre.
Esto se puede siempre, cualquiera sea el tiempo que haga que hemos
nacido. Dios ha puesto nuestra vida en nuestras manos, y nos llama a
hacernos cargo de este don...
Se trata de crecer en la comprensión del Amor de Dios, y por eso y
como consecuencia crecer en el amor. Nuestras rebeldías, nuestras
impaciencias, nuestras ansiedades se curan con el Amor de Dios que
nos llama a crecer cada día desde adentro, en el corazón, para que
quepa más en nosotros y podamos mostrar de una manera más
trasparente a los demás ese Amor de Dios que nos salva...
Se trata entonces de ser exigentes con nosotros mismos, ya que
estamos llamados a crecer en este amor de Dios que nos pone al
servicio de los demás, siendo al menos un reflejo de ese gran Amor,
que es el Amor de Dios...
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Lecturas
bíblicas
del Domingo VI del Tiempo Ordinario del Ciclo "A":
- Si quieres, puedes observar los mandamientos y cumplir
fielmente lo que le agrada. El puso ante ti el fuego y el agua:
hacia lo que quieras, extenderás tu mano. Ante los hombres están
la vida y la muerte: a cada uno se le dará lo que prefiera.
Porque grande es la sabiduría del Señor, él es fuerte y
poderoso, y ve todas las cosas. Sus ojos están fijos en aquellos
que lo temen y él conoce todas las obras del hombre. A nadie le
ordenó ser impío ni dio a nadie autorización para pecar
(Eclesiástico 15, 15-20).
- Hermanos: Es verdad que anunciamos una sabiduría entre
aquellos que son personas espiritualmente maduras, pero no la
sabiduría de este mundo ni la que ostentan los dominadores de
este mundo, condenados a la destrucción. Lo que anunciamos es
una sabiduría de Dios, misteriosa y secreta, que él preparó para
nuestra gloria antes que existiera el mundo; aquella que ninguno
de los dominadores de este mundo alcanzó a conocer, porque si la
hubieran conocido no habrían crucificado al Señor de la gloria.
Nosotros anunciamos, como dice la Escritura, lo que nadie vio ni
oyó y ni siquiera pudo pensar, aquello que Dios preparó para los
que lo aman. Dios nos reveló todo esto por medio del Espíritu,
porque el Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios
(1 Corintios 2, 6-10).
- Jesús dijo a sus discípulos: No piensen que vine para
abolir
la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar
cumplimiento. Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una
coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra,
hasta que todo se realice. El que no cumpla el más pequeño de
estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será
considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el
que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de
los Cielos. Les aseguro que si la justicia de ustedes no es
superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el
Reino de los Cielos. Ustedes han oído que se dijo a los
antepasados: "No matarás", y el que mata, debe ser llevado ante
el tribunal. Pero yo les digo que todo aquel que se irrita
contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo
aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el
que lo maldice, merece la Gehena de fuego. Por lo tanto, si al
presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano
tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve
a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a
presentar tu ofrenda. Trata de llegar en seguida a un acuerdo
con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el
adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te
pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas
pagado el último centavo. Ustedes han oído que se dijo: "No
cometerás adulterio". Pero yo les digo: El que mira a una mujer
deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si tu
ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y
arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de
tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.
Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y
arrójala lejos de ti; es preferible que se pierda uno solo de
tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.
También se dijo: "El que se divorcia de su mujer, debe darle una
declaración de divorcio". Pero yo les digo: El que se divorcia
de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a
cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por
su marido, comete adulterio. Ustedes han oído también que se
dijo a los antepasados: "No jurarás falsamente, y cumplirás los
juramentos hechos al Señor". Pero yo les digo que no juren de
ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios, ni por
la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén,
porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu
cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de
tus cabellos. Cuando ustedes digan «sí», que sea sí, y cuando
digan «no», que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del
Maligno (Mateo 5, 17-37).
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Predicaciones
del P. Alejandro W.
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