La felicidad que buscamos...

Queridos amigos:
 
Esta fue mi predicación de hoy, 30 de enero de 2011, Domingo IV del Tiempo Ordinario del Ciclo Litúrgico A, en la Abadía Santa Escolástica y en el Hogar Marín (clic aquí para verla y oírla en Youtube):

Arbol1. COMO LAS PLANTAS Y LAS FLORES BUSCAN LA LUZ, NOSOTROS BUSCAMOS LA FELICIDAD... Las plantas necesitan la luz para crecer. Es una necesidad natural. La luz permite que se produzca la fotosíntesis, el proceso químico que permite transformar la sustancias minerales que toman de la tierra en sustancias orgánicas...

Ramo deDe la misma manera, la felicidad es el motor que nos pone en marcha, y que nos mueve para hacer todo lo que hacemos. En realidad, Dios nos hizo para eso, para la felicidad. Y por eso, a través de todo lo que hacemos siempre estamos buscando la felicidad. Así es nuestra condición humana, y no tenemos otro modo de movernos, que no sea buscando la propia felicidad. Por eso, las cosas más nobles, y también las más depravadas, se hacen buscando la felicidad. Cuando los jugadores de fútbol hacen un gol están corriendo detrás de la felicidad que esperan alcanzar con el triunfo. Cuando los jóvenes eligen una vocación, también lo hacen para ser felices. El que siembra, y el que cosecha, lo hace buscando también ellos la felicidad. Pero también el que roba busca ser feliz a través de lo que realiza, lo mismo que el que mata, o el que miente, o falsea las cosas, o extorsiona desde una posición de poder para conservar su parte en la torta del poder...

Sin embargo, aunque en todo lo que hagamos estemos siempre buscando la felicidad, está claro que no todo sirve para alcanzarla, y por eso muchas veces vemos frustrada la felicidad detrás de la que hemos corrido...

Camino sinuoso2. LA FELICIDAD VIENE DE DIOS, Y SÓLO SE PUEDE ALCANZAR POR LOS CAMINOS DE DIOS... Él nos hizo para ser felices, y la felicidad plena para la que Dios nos ha hecho sólo se alcanza por sus caminos. La felicidad es un regalo para los humildes de la tierra, que saben que no pueden alcanzarla solos, "por su cuenta". Así nos lo recordaba hoy con toda claridad el profeta Sofonías. Dios llama especialmente a ser felices a los débiles, a los despreciados,  a los que humanamente hablando no tienen quizás mucho de qué alegrarse. Ese contraste es el que intenta ponernos en evidencia San Pablo, llamándonos la atención ante la necedad y la sabiduría, la fortaleza y la debilidad, lo valioso y lo despreciable, según se lo mire con los ojos del mundo o con los ojos de Dios...

También Jesús, a través de las Bienaventuranzas, que hoy hemos proclamado con el Evangelio de San Mateo, nos muestra un gran contraste entre los modos humanos y los que Dios pone al alcance de los más pobres y sencillos para alcanzar la felicidad. En realidad, la felicidad es para todos, pero la única manera de alcanzarla es poner en práctica las Palabras de Dios, ya que nuestra felicidad siempre será su obra y su regalo para con nosotros...

La felicidad, en realidad, sólo es tal cuando resulta permanente, duradera, y en eso precisamente consiste el Cielo, que estamos llamados a anhelar y buscar ya desde ahora, en la tierra. Sobre todo cuando todo nos lleva a andar con la cabeza baja, la búsqueda del Cielo, con su felicidad duradera, nos ayuda a levantar la mirada, para no tropezar.Y los caminos que Dios nos ofrece para ser felices y para llegar al Cielo, son las Bienaventuranzas. Quizás más de una vez nos gustaría que se nos ofreciera un camino algo más fácil, menos exigente, más tibio, menos comprometido. Pero ese camino ya no nos llevaría a la felicidad que buscamos...

Enrique Wengardt"Felices", nos dice hoy ocho veces Jesús, y nos señala de esta manera los caminos por los que nos lleva la fidelidad a su Palabra:
Bifurcación3. LAS BIENAVENTURANZAS SON LOS CAMINOS QUE LLEVAN AL CIELO. HAY QUE ELEGIR AL MENOS UNA... Todo el Evangelio nos enseña el camino que nos lleva a Dios. Cada una de las Palabras que Jesús nos ha dejado nos lleva a la felicidad para la que Dios nos ha hecho...

PeregrinoDe todos modos, si tuviéramos que elegir algún trozo del Evangelio que nos mostrara en pocas palabras todos los caminos por los que Dios nos quiere llevar a la felicidad que tanto ansiamos, sin duda éste trozo debería ser el de las Bienaventuranzas. Jesús nos plantea a través de ellas los caminos por los que se alcanza la felicidad para la que nos ha hecho...

Por eso, ya que queremos ser felices, no hay que perder el tiempo en las distracciones que muchas veces no nos prestan más que alegrías que se acaban demasiado pronto. Tenemos que ponernos en marcha, sin demora, par ser felices recorriendo los caminos por los que nos llama Dios...

Tenemos que elegir al menos una de las Bienaventuranzas, y disponernos, como peregrinos en marcha hacia el Cielo al que el mismo Dios nos ha llamado. En la mochila, sólo tendremos que cargar las Bienaventuranzas, y el bastón en el que tenemos que apoyarnos para que nos sostenga en la marcha será nada más y nada menos que el mismo Dios...


Lecturas bíblicas del Domingo IV del Tiempo Ordinario del Ciclo "A":

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Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge:
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