Esta fue mi predicación de hoy, 25 de septiembre de 2005, XXVI
Domingo del Tiempo Ordinario del Ciclo Litúrgico A, en el Hogar
Marín. Me basé en las
lecturas bíblicas de la Misa del día:
- Si el justo se aparta de su justicia y comete el mal, imitando
todas las abominaciones que comete el malvado, ¿acaso vivirá? Ninguna
de las obras justas que haya hecho será recordada: a causa de la
infidelidad y de pecado que ha cometido, morirá. Ustedes dirán: «El
proceder del Señor no es correcto». Escucha, casa de Israel: ¿Acaso no
es el proceder de ustedes, y no el mío, el que no es correcto? Cuando
el justo se aparta de su justicia, comete el mal y muere, muere por el
mal que ha cometido. Y cuando el malvado se aparta del mal que ha
cometido, para practicar el derecho y la justicia, él mismo preserva su
vida. El ha abierto los ojos y se ha convertido de todas las ofensas
que había cometido: por eso, seguramente vivirá, y no morirá (Ezequiel
18, 26-28).
- Hermanos: Si la exhortación en nombre de Cristo tiene algún
valor, si algo vale el consuelo que brota del amor o la comunión en el
Espíritu, o la ternura y la compasión, les ruego que hagan perfecta mi
alegría, permaneciendo buen unidos. Tengan un mismo amor, un mismo
corazón, un mismo pensamiento. No hagan nada por espíritu de discordia
o de vanidad, y que la humildad los lleve a estimar a los otros como
superiores a ustedes mismos. Que cada uno busque no solamente su propio
interés, sino también el de los demás. Tengan los mismos sentimientos
de Cristo Jesús (Filipenses 2, 1-5).
- Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero,
le dijo: "Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña". El
respondió: "No quiero". Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose
al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: "Voy, Señor", pero no
fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?». «El primero»,
le respondieron. Jesús les dijo: «Les aseguro que los publicanos y las
prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan
vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en
cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes,
ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él»
(Mateo 21, 28-32).