Lo que hacemos y lo que decimos...

Queridos amigos: 

Esta fue mi predicación de hoy, 25 de septiembre de 2005, XXVI Domingo del Tiempo Ordinario del Ciclo Litúrgico A, en el Hogar Marín. Me basé en las lecturas bíblicas de la Misa del día:


Corazón latiente1. LA RAZÓN Y EL CORAZÓN NO SIEMPRE ESTÁN DE ACUERDO Y SE LLEVAN DE LA MANO... Jesús no tiene necesidad de inventar nada a la hora de enseñarnos a través de las parábolas. Le basta con mirar lo que pasa en la vida de todos los días, para tomar de allí los ejemplos que nos ayudan a comprender la simplicidad y la contundencia de sus palabras. Y así me parece que sucede con la parábola de los hijos que responden de manera distinta al llamado de su padre...

ReflexiónCuando nos llaman para hacer algo, es muy posible que nuestra primera respuesta salga del corazón, que no siempre acierta, a veces se equivoca. A veces las palabras surgen fácil y rápidamente del corazón, para responder que sí a cualquier cosa que nos piden. Pero después, a poco que nos pongamos a reflexionar, comenzamos a evaluar el alto costo que puede tener nuestra respuesta, y por más que hayamos dicho que sí, nunca terminamos de hacer lo que nos han pedido, y nuestras primeras palabras quedan finalmente como palabras huecas...

TrabajandoOtras veces sucede al revés. Cuando nos piden algo, nuestro corazón se opone, e inmediatamente nos nace un no como respuesta, e incluso hasta una protesta. Al poco tiempo, si nos ponemos a reflexionar sobre las consecuencias de lo que hemos dicho, nos damos cuenta que nos hemos apresurado, que en realidad si queremos hacer lo que corresponde no podemos negarnos a lo que nos han pedido, y a pesar de haber comenzado con una negativa, terminamos haciendo lo que nos han pedido...

En las dos ocasiones que presenté, la primera respuesta fue la del corazón. En una de ellas el corazón acertó respondiendo con amor, pero la reflexión después lo nubló y las manos no lo acompañaron para convertir en hechos la respuesta. En la segunda ocasión el corazón comenzó errando, pero después la reflexión le puso luz, y las manos vinieron en su ayuda, para dar en los hechos la respuesta correcta. Así también, cuando Dios nos habla, no es sólo en el corazón, sino en los hechos donde espera Él encontrar nuestra respuesta...

Construyendo2. PARA SEGUIR A JESÚS, MÁS VALE LO QUE HACEMOS QUE LO QUE DECIMOS... A Jesús, que nos llama a seguirlo y espera pacientemente nuestra respuesta, no le alcanzan nuestras palabras. El mundo entero está hoy especialmente cansado de las palabras, que cuando no van acompañadas de hechos se quedan vacías de sentido. A Dios, hoy y siempre, hay que responderle con hechos, más que con palabras, para que se trate de una verdadera respuesta...

TrabajandoEs una respuesta al llamado de Jesús que se concreta en hechos, y no simples declamaciones de fidelidad, lo que nos llevará al Cielo. Jesús nos dice que las prostitutas y los publicanos precederán a los creyentes en su llegada a los Cielos. Sobre las prostitutas no hace falta demasiada aclaración para saber en que ha consiste su dedicación. Sobre los publicanos conviene tener en cuenta que se dedicaban a recaudar fraudulentamente los impuestos para pagar a la potencia extranjera que dominaba a los israelitas en tiempos de Jesús, los romanos (cualquier semejanza con el FMI o cualquier otro organismo internacional, público o privado, es mera semejanza o pura casualidad, o quizás no tanto)...

Jesús no nos dice a los creyentes que podemos llegar tarde al Cielo por consecuencia de la  fe, sino que eso sucederá si, a pesar de decirle que sí a Jesús, que nos llama a seguirlo, no somos coherentes en los hechos con esta respuesta. Está claro, entonces, que no será por sus pecados que los publicanos y las prostitutas podrán llegar antes al Reino de Dios, que en esto consiste el Cielo, sino por darse cuenta de ellos, arrepentirse y estar dispuestos a cambiar, para hacer las cosas bien. Es, entonces, responder a Dios con hechos, más que con palabras, hechos que manifiesten nuestra conversión, los que serán ante Dios nuestra mejor respuesta a su llamado...

Jesús espera3. DIOS LLAMA A TODOS, Y SIEMPRE ESPERA CON PACIENCIA LA RESPUESTA... Nosotros, que sufrimos con cierta impotencia y quizás hasta con cierta bronca la decadencia en la que nos encontramos, nosotros que en estos tiempos en los que nos acercamos una vez más a un acontecimiento electoral en el que elegiremos nuestros representantes en los órganos legislativos municipales, provinciales y nacionales, podríamos lamentarnos y despotricar hoy por la corrupción y la mentira, por la exuberancia de palabras y la ausencia de hechos que nos muestran nuestros políticos. Pero también podríamos intentar pasar de las palabras a los hechos. Y eso nos llevaría a asumir en nuestra vida cotidiana un sentido comprometido nuestra respuesta a Dios, que no necesita tanto de palabras sino de hechos que las avalen y las sostengan...

ArrepentimientoNo importa mucho lo que haya sido de nosotros hasta hoy, sino es sólo para saber cuál es el punto desde el que hoy queremos rehacer nuestra respuesta a Dios. No importa tampoco demasiado si estamos en pleno crecimiento o en plena juventud, o si ya son muchos los años que cargamos sobre nuestras espaldas...

AncianoLo que importa, ciertamente, es que nuestro corazón y nuestra razón apunten hacia Dios, y nuestra decisión nos ponga en camino, con hechos y no sólo con palabras, hacia esa meta. Si el corazón arrancó bien, aceptando la invitación de Jesús a responderle con amor, que la razón lo sostenga. Si el corazón se resiste a tomar la buena marcha, que la razón lo dé vuelta. En definitiva, ya sea el corazón o la razón el que emprende primero el buen camino, que arrastre al otro, para que por una decisión que se confirma en los hechos, no haya sólo palabras en nuestra respuesta...

En nuestro tiempo es muy posible que caer en la tentación de lamentarnos y quejarnos por la falta de coherencia de quienes nos gobiernan. Es posible también quejarnos de la sociedad entera, en la que la convivencia se convierte cada vez más en una despiadada lucha de todos contra todos. Pero también es posible no quedarse sólo en palabras, sino pasar a los hechos. Hay que tener en cuenta que en todos los lugares donde nos movemos nosotros podemos promover, la reconciliación, el diálogo y el servicio a los demás que aprendemos de Jesús. En todo caso, lo que sucede en nuestra familia, como lo que sucede cada día en todos los ambientes en los que nos movemos, como así también en nuestra patria, es el resultado de lo que hacemos entre todos. Para que suceda algo distinto, hay una parte que está en nuestras manos, y es lo que a nosotros nos toca hacer. Como creyentes, nosotros sabemos que a Dios se responde más con hechos que con palabras, y que Él siempre está esperando nuestra respuesta...


Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge:
Todas las predicaciones: http://www.awbunge.com.ar/predicaciones/
Valid HTML 4.01!Para suscribirse: predicacionesawb-subscribe@gruposyahoo.com.ar
Para borrarse: predicacionesawb-unsubscribe@gruposyahoo.com.ar