Al calor del hogar y del trabajo...

Queridos amigos:

Esta fue mi predicación de hoy, 26 de diciembre de 2004, Domingo de la Sagrada Familia del Ciclo Litúrgico A, en el Hogar Marín. Me basé en las siguientes frases de las lecturas bíblicas de la Misa del día:


Niņo1. RECIÉN NACIDOS, NECESITAMOS DE LOS DEMÁS PARA PODER SUBSISTIR... Cuando recién hemos nacido, dependemos de los demás no sólo porque no podemos encontrar por nuestra cuenta los alimentos que necesitamos, sino porque en todo dependemos de ellos. Necesitamos que nos cuiden, que nos den calor, que nos limpien. Si nos dejaran solos, moriríamos inmediatamente...

En realidad, cuando crecemos descubrimos que no sólo necesitamos de los demás cuando somos muy chicos, sino que seguimos dependiendo de otros también siendo más grandes. Es muy difícil que cada uno pueda bastarse a sí Ancianomismo para subsistir, y no hemos sido para eso. Además, no sólo necesitamos de otros, sino que hemos sido hechos para servir a los demás. Nuestra condición humana nos hace seres sociables, para vivir en el continuo intercambio con las demás personas humanas, no sólo por lo que de ellos necesitamos, sino por lo que a ellos podemos dar. Crecemos como personas, dándonos a los demás...

No hay que extrañarse, entonces, que, cuando avanzan los años, si no nos morimos antes, vaya aumentando nuevamente nuestra dependencia, y como cuando fuimos niños, necesitemos quien nos procure el alimento, quien nos cuide, quien nos ayude a caminar, quien nos brinde su calor y su amor. No hace falta que nos pongamos mañosos, pensando quizás que no tenemos derecho a molestar tanto a los demás. Ellos crecerán ayudándonos, como nosotros hemos crecido en el servicio a nuestros mayores...

También Jesús, aún siendo Dios, cuando nació en Belén, como un niños se sometió a las necesidades de nuestra naturaleza humana. Y por eso nació en el seno de una familia, que hoy celebramos especialmente, ya que esta familia, la de Jesús, José y María, nos habla de Dios y de nuestra propia condición familiar...

Sagrada Familia2. LA VIDA, DON DE DIOS, CRECE EN LA FAMILIA, IMAGEN DE DIOS... La vida de Jesús, dependió en su origen, de José y de María. Ambos, en primer lugar, aceptaron este don de Dios, y el llamado a cuidar de Él. Lo alimentaron, lo ayudaron a crecer, aunque esto les complicara mucho la vida, ya que les hizo cambiar muchas veces de planes: tuvieron que huir a Egipto, y volver de allí como repatriados...
 
Sagrada FamiliaEl misterio de Dios tomó humanamente una dimensión tan familiar, porque el mismo Dios es en su misterio más profundo una familia (Padre, Hijo y Espíritu Santo; así lo recordaba Juan Pablo II en Puebla de los Ángeles, México, el 28 de enero de 1979). En la familia de Jesús, María y José, como hace falta en toda familia, hubo autoridad, decisión, obediencia, oración. José obedeció a Dios, y a él lo obedecieron Jesús y María. El Hijo de Dios creció humanamente en una familia, que nos acercó de la manera más tierna la imagen de Dios...

Esta condición familiar nos señala el contexto más humano en el que es posible crecer, y nos muestra hasta qué punto la familia, hoy tan asediada y sacudida, es verdaderamente la célula básica e irreemplazable de toda sociedad. Las actitudes que hoy nos hacen falta en nuestra vida cotidiana, son las que se fraguan en la familia. Nosotros, como elegidos de Dios, piensa San Pablo (y la realidad en la que vivimos nos lo pide a gritos), necesitamos revestirnos de sentimientos de profunda compasión. Las urgencias de hoy nos llevan a practicar la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Hoy se hace necesario que cada uno sirva de sostén, de apoyo, de soporte, al que tiene al lado. Eso significa "soportarse" los unos a los otros, en el sentido más noble y positivo: no sólo "aguantarse" al otro, sino sostenerlo. También nos hace falta, siguiendo a San Pablo, perdonarnos mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. Nos hace falta encender un fuego que no se apague, capaz de dar "calores de dulce hogar" (decía Machado, en una poesía que ya cité alguna vez, y que pueden encontrar aquí). Y ese fuego, que es el amor, sólo se prende bien en la fragua de la familia...

HogarFuego 3. LA FAMILIA Y LA SOCIEDAD SE CONSTRUYEN AL CALOR DEL HOGAR Y DEL TRABAJO... La familia necesita del calor del hogar, que permite a sus miembros permanecer unidos, y que permite cocinar. Es en el calor del hogar familiar que se aprende a confiar, que se aprende a ayudar desinteresadamente. Es en torno al calor del hogar de la familia que se aprende a conversar, y que se aprende a rezar. en el calor del hogar de la familia se aprende todo lo que después la vida nos reclamará...

Pero la sociedad también se construye con el trabajo. Y es en la familia donde mejor se aprende no sólo a trabajar, sino a depender del trabajo de los demás y a ayudar a todo el que quiere trabajar. Puede ser que muchas cosas hagan falta hoy en nuestra patria, pero a la luz de todo lo que se aprende en la vida familiar, bien haría cualquiera que, desde el ejercicio de la autoridad civil, desde las funciones de conducción en la Iglesia, y desde su puesto, cualquiera fuera, se diera cuenta y asumiera que hoy, en nuestra patria, como en el mundo entero, la familia es realmente una prioridad...


Un abrazo y mis oraciones.
 
P. Alejandro W. Bunge
Consultas o comentarios, aquí:Correo



Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge: