No hay que alejarse del Pesebre...

Queridos amigos:

Esta fue mi predicación de la Nochebuena de este año 2004, en el Hogar Marín. Me basé en las siguientes frases de las lecturas bíblicas de la Misa de la Nochebuena:


Atardecer1. CUANDO COMENZAMOS A CELEBRAR LA NAVIDAD, ES DE NOCHE... No sólo porque el sol ya se ha escondido detrás del horizonte, y nos prepara un tiempo de descanso hasta que se vuelva a asomar a la mañana siguiente. También es de noche porque es seguro que todos estamos rodeados por algunas tinieblas. ¿Quién no tiene algún dolor, que se ha sumado a los que el tiempo va acumulando sobre nuestros hombros, como el que puede provenir de alguien que estuvo en la última Navidad, y ya no está para celebrarla junto a nosotros?...

Pero además, están esas tinieblas más densas, que se encuentran a la base de todas las tristezas, y que son las que podríamos describir como las tristezas corazón: las mezquindades, las cegueras, los egoísmos, las ambiciones. Todas estas cosas a veces hacen muy oscuro el panorama que tenemos por delante, y son capaces de quitarle el ánimo hasta al más corajudo a la hora de celebrar la Navidad...
 
Niņo de la Luz2. EN ESTAS TINIEBLAS EN LAS QUE HABITUALMENTE CAMINAMOS ES DONDE BRILLÓ UNA GRAN LUZ... Nos lo dice con su voz profética Isaías: "sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz", es decir, aquí, entre nosotros, rodeados por nuestras tinieblas habituales... Esta luz es la que nace en un Pesebre. Esta luz es Jesús. Y Jesús no sólo es un motivo suficiente, sino además el más legítimo y contundente, para la alegría. Es en el Pesebre de Belén donde podemos ir hoy a buscar la alegría. Allí vamos a encontrar a Jesús, y nos va a enseñar a vivir de una manera justa y ordenada. Nos va a enseñar la paciencia. Nos hablará también de la Cruz, que quizás se construye con los mismos maderos con los que se hizo el Pesebre...
 
Porque el Pesebre hoy nos suena tierno y romántico, pero no es un gran lugar, sino precisamente la falta de lugar para un Niño que es Dios y quiere nacer hecho hombre. El Pesebre es un lugar para animales, y es el único que le quedó libre a Dios cuando quiso venir a habitar con nosotros. Como la Cruz fue el único lugar que le quedó, cuando ya no se lo quiso escuchar más. Ambos, Pesebre y Cruz, son consecuencia del rechazo de los hombres, cuando no quieren dejarle lugar a Dios en este mundo, y pretenden dejarlo al margen, es decir, excluirlo (¡hoy hay tantas cruces, y tantos pesebres!, es decir, lugares en los que no se quiere dejar lugar a Dios, se lo quiere echar por la ventana)....
 
Ya desde el Pesebre este Niño, Jesús, va a desafiar a la muerte, para darnos la vida con su resurrección. En el Pesebre nos va a enseñar a tener constancia en la fe, y nos ayudará a responder con fidelidad a Dios, que nunca falla, ni abandona a los suyos.
 
Pesebre3. PARA QUE SEA SIEMPRE ALEGRE LA NAVIDAD, NO HAY QUE ALEJARSE DEL PESEBRE... Porque por más que se lo intente reemplazar de mil maneras, con fiestas más o menos paganas o vacías de contenido (empezando por un Papa Noel que no tiene nada que ver con su origen, la figura de un santo Obispo alemán, San Nicolás, que repartía regalos a los niños pobres para que tuvieran con qué celebrar el nacimientos de Jesús), la Navidad nunca será tal sin Jesús...

En el Pesebre está José, el hombre justo, que hace lo que debe. En el Pesebre también está María, siempre fiel y siempre alegre. En el Pesebre está Jesús. No alejarse del Pesebre significará para nosotros confiar en la Paz que puede darnos este Niño, que lo puede todo y que, sin embargo, nace pobre. No hay que alejarse mucho del Pesebre, aunque con la madera del Pesebre se construya después la Cruz, porque en ella Jesús también vence. Y de la Cruz, como del Pesebre, surge la Paz que buscamos y que necesitamos...

Un abrazo y mis oraciones.
 
P. Alejandro W. Bunge
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